domingo, 3 de julio de 2011

El templo casa de oración

Marcos 11, 15-17: Cuando llegaron a Jerusalén Jesús entró en el templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en el templo. Tumbó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas, y no permitía que nadie pasara por el templo llevando cosas.
Luego se puso a enseñar diciéndoles:
-¿No está escrito: Mi casa será casa de oración para todos los pueblos? Ustedes, sin embargo, la han convertido en cueva de ladrones.

Lamentablemente dos mil años más tardes aún vemos en muchas iglesias, en la entrada, incluso dentro puestos para vender escapularios, estampitas, imágenes, etc. Y aún hoy en día pasan la cestica para la limosna, ¡justo durante la misa! La verdad no me atrevo a pensar que podría opinar Jesús de esto si justamente en este pasaje nos recuerda que el templo es un lugar de oración. El dinero es un mal necesario, con él se pueden comprar comida e insumos para la iglesia, pero, sinceramente a veces se pierde la perspectiva.

Aunque, comparando esto con lo que uno se entera de otras religiones el espanto es supremo, hay religiones (o sectas, si lo prefieren) “cristianas” que hablan de diezmo, es decir, diez por ciento de salario para la iglesia. Hay otras, no cristianas, que no voy a mencionar su nombre, pero que piden para sus ritos miles de bolívares (Venezuela). Pues, la verdad me parece que esas personas no están en la búsqueda de ningún bien espiritual real, se transformó en algo netamente financiero y material.

Ojalá la Iglesia un día deje de pasar la cestica durante la misa como tal, y lo deje opcional en un lugar específico del templo donde la gente vaya y coloque su colaboración según pueda. Y que nuestras misas sean momento de oración netamente.


Feliz domingo.

domingo, 26 de junio de 2011

Los doctores de la Ley

Mateo 23, 1-4: Entonces Jesús habló a las multitudes y a sus discípulos diciendo: Sobre la silla de Moisés se sentaron los escribas y fariseos. Así pues, todo cuanto os digan hacedlo y observadlo, pero no actuéis según sus hechos; pues piden y no hacen. Y atan cargas pesadas y difíciles de soportar y las colocan sobre los hombros de los hombres, pero ellos no quieren moverlas con su dedo.

Los jefes y miembros influyentes de las comunidades de fariseos son “escribas”, es decir “doctores” que sabían mucho de la religión judía y de sus leyes. El “escriba” o “rabí” llega al poder por su saber. Ese saber los colocaba en los puestos más importantes de la enseñanza, de la administración y de la justicia Y todo esto les deba un gran prestigio ante pueblo, por lo que lo dominaban, pero no con amor sino con soberbia y desprecio.

He aquí el punto álgido para la crítica oportuna de Jesús, Mateo 23, 6: desean los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas y los abrazos en las plazas y se llamados por los hombres rabí.

Y sigue el texto, Mateo 23, 13-14: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque cerráis el reino de los cielos ante los hombres! Pues vosotros no entráis ni dejáis que entren los que van a entrar.

Pienso que el deber del que conoce la palabra es la de hacerle llegar a los demás el mensaje, así lo hizo Jesús mediante el uso de parábolas, así lo hacen muchos sacerdotes mediante sus homilías; sin embargo, al parecer dentro de la Iglesia católica hay sus escribas hoy en día, parece que no solo el Antiguo Testamento heredamos.

Para mí siempre ha sido importante encontrar un buen sacerdote que explique la palabra con sencillez y con claridad, para invertir el tiempo de la misa en verdad, para incrementar nuestro conocimiento sobre Dios y sobre todo, para poder aplicarlo en nuestro día a día.

Feliz domingo.

domingo, 19 de junio de 2011

El padre terrenal de Jesús

Como comentaba en una publicación pasada son pocos los pasajes en los que aparece José en la historia de Jesús y es muy poca la información que nos ofrecen los textos canónicos al respecto. De esta forma seguimos entonces revisando la filiación de José y Jesús según el apócrifo “Historia de José el carpintero”.

Según el texto luego de que José enviuda y María es presentada en el templo, para evitar problema con su permanencia en el mismo, es echada la suerte entre los doce ancianos de las doce tribus y la suerte cae sobre José. Así pues, los sacerdotes le dicen a María: “Vete con José y permanece con él hasta el día de tu matrimonio”.

Luego de dos años con José, el texto continúa con la encarnación de Jesús, es decir, según es el mismo Jesús quien elige a María como su madre terrenal, y el Padre celestial se complace con la elección, de modo que María queda embarazada y José en ese tiempo no estaba en casa, pues estaba trabajando. Al notar que María está encinta queda turbado y pensaba repudiarla en secreto. Luego, al igual que el texto canónico, el ángel Gabriel se le aparece a José en sueños y le advierte lo que sucede. Así pues, la historia sigue como en los textos canónicos con el nacimiento de Jesús.

En varios textos de la infancia de Jesús, al hacer algún milagro iban y se quejaban con José, y José en algunas circunstancias reprimía a Jesús diciéndole: “Hijo mío, ten cuidado”, o como en el evangelio del Pseudo Tomás, citado en el texto de los maestros de Jesús:
“Cuando el niño oyó estás palabras, le sonrió y le dijo: . Enseguida quedó curado el otro profesor. José tomó al niño y se marchó a su casa.”

Solo leyendo a profundidad los textos apócrifos nos encontramos con un José que carga con un niño extraordinario, hijo de Dios, y vaya responsabilidad para un simple mortal. Así que, José al final de sus días le recuerda estás cosas a Jesús y hasta la pide perdón desde su visión humana.

Finalmente ya sin fuerzas, Jesús permanece junto a él. Y cito el texto:
“Yo [dice Jesús] sostuve sus manos durante una hora entera, y él [José], con su rostro vuelto hacía mí, me indicaba que no lo abandonase. A continuación, puse mi mano sobre su pecho y noté que su alma estaba ya cerca de su garganta y preparada para salir de su morada corporal.”

Finalmente, entran en la habitación, María y los hijos mayores de José, que tenía antes de estar con María.

Un bonito ejemplo el de José, ¿no les parece?, hay padres de toda clase, pero que grandes son aquellos que verdaderamente se comprometen con sus hijos (sean o no sean suyos como tal).

Feliz día a todos los padres, tanto a los de sangre, como a los que la vida a puesto en el camino de aquellos que no tuvieron uno real.

Feliz domingo.

domingo, 29 de mayo de 2011

Garbanzos convertidos en piedras

Tomado del texto apócrifo llamado “Libro de la Infancia del Salvador”, sección 4:
Sucedió otra vez en un día del tiempo de la siembra que pasaba Jesús por Asia, cuando vio a un cierto campesino que sembraba en su campo una clase de legumbre, llamada “garbanzo”. El lugar se llamaba “Campo junto a la tumba de Raquel”, situado entre Jerusalén y Belén. Jesús le dijo: “Hombre, ¿qué estás sembrando?”. Pero indignado y burlándose de que un niño de aquella edad le hiciera esa pregunta, contestó: “Piedras”. Jesús le dijo: “Dices la verdad, porque son piedras”. Y todos aquellos granos de garbanzo se convirtieron en piedras durísimas, que aún conservan hasta el día de hoy la forma de garbanzo, el color y hasta los ojillos en la cabeza. Así, con la palabra sola de Jesús, todos los granos, tanto los sembrados como los que iban a serlo, se convirtieron en piedra. Y hasta el día de hoy los que buscan con cuidado encuentran aquellas piedras.

* * *

Por favor no se burlen de los niños. Atiéndalos y contesten sus preguntas tantas veces como haga falta.

Feliz domingo a todos.

domingo, 22 de mayo de 2011

El rico confiado

Lucas 12, 13-21:
Uno de entre la gente le dijo:
- Maestro, di a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
Jesús le dijo:
- Amigo, ¿quién me ha hecho juez y mediador entre ustedes?
Y añadió:
- Tengan mucho cuidado con toda clase de avaricia; que aunque se nade en la abundancia, la vida no depende de las riquezas.
Les dijo una parábola:
Había un hombre rico, cuyos campos dieron una gran cosecha. Entonces empezó a pensar: “¿qué puedo hacer? Porque no tengo donde almacenar mi cosecha”.
Y se dijo: “ya sé lo que haré; derribaré mis graneros construiré unos más grandes, almacenaré en ellos todas mis cosechas y mis vienes, y me diré: ahora ya tienes vienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y diviértete”. Pero Dios le dijo: “¡Torpe! Esta misma noche morirás. ¿Para quién será todo lo que has almacenado?” Así se sucede a quien atesora para sí, en lugar de hacerse rico a los ojos de Dios.

* * *

Como siempre Jesús es muy concreto en sus palabras, debemos cuidarnos de ser avaros, es decir, de buscar más allá de lo que realmente necesitamos. ¿A qué se debe que Jesús le dice esta parábola al hermano? Seguramente se dio cuenta de que en sus ojos no había necesidad sino avaricia. Quizás este sea el mismo caso del “hijo pródigo” que pide su parte de la herencia y se va, lo gasta y debe retornar a su padre.

La necesidad es muy dura con todos, hay personas que en verdad necesitan y trabajan duro para obtener lo que tienen, otros han heredado propiedades y dinero, y al poco tiempo pierden todo. La avaricia podrá catalogarse como un pecado capital, pero ser avaro podría ser también estúpido, ya que nada de lo que obtenemos en esta vida lo podemos llevar a la que viene, no nos podemos llevar la casa, ni el carro, ni el dinero.

Hasta aquí vamos bien, el mensaje es claro la avaricia no es más que una estupidez, pero, nos queda un último detalle ¿qué significa hacerse rico a los ojos de Dios? No sé si me equivoque pero la respuesta más completa sería: amar al prójimo como a nosotros mismos. Al amar al prójimo podremos pensar en él y por lo tanto tendremos la disposición de compartir nuestros bienes, pero más importante aún, nuestras vidas.

Feliz domingo a todos.

domingo, 15 de mayo de 2011

Jesús sana en sábado

En Mateo 12, 9-13 hay un pasaje donde Jesús sana a un hombre con un problema en la mano, es un día sábado y en el escrito aparece la siguiente pregunta que le hacen a Jesús: ¿Está permitido sanar a alguien en sábado?, a la cual él responde: “Si alguno de ustedes tiene una oveja y se le cae en un hoyo en sábado, ¿acaso no va y la saca? Pues un hombre vale mucho más que una oveja. Por tanto, se puede hacer el bien en sábado.” Es decir, ¿Qué prevale la ley o el sentido común? No digo que Jesús diga que rompamos, reglas y normas a diestra y siniestra, pero si está invitando a reflexionar sobre cómo y cuándo se debe aplicar o no una regla. No es el único pasaje donde Jesús hace algo en sábado. Una breve paréntesis: el sábado o Sabbath judío es el día de descanso en la semana, pues es el día que Dios mandó santificar, luego de trabajar seis días. Este día los judíos asisten a la sinagoga, donde leen la Torá y realizan oraciones. Básicamente es un día en donde ciertas tareas están prohibidas, pero como reflexiona Jesús en el escrito si su oveja se cae en un hoyo en sábado, ¿acaso no va y la saca?; y frente a este hombre necesitado, ¿no se ayudaría con más razón?
La iglesia católica al igual que muchas religiones tienen muchas reglas, muchos mandamientos, que a veces no ayudan en el crecimiento espiritual de la persona como ser humano, es por esto que cada diga sigo los pasos de Jesús, ya que él no basó su vida en reglas sino dando el ejemplo con su vida, buscándole el verdadero sentido a las cosas. Era un extraordinario lógico, de modo que refutarle algo era imposible. Y además, sus palabras no eran solo palabras, eran acciones concretas.
Que esta reflexión sea una invitación para todos (incluyéndome) para ser más críticos ante esas reglas estrictas de la iglesia a la que pertenezca y se pregunte ¿es esto correcto ahora? ¿Es compatible con la vida? ¿Es compatible con mi vida? Etc. Ante toda regla seamos críticos y vayamos más allá de la simple sumisión y repetición, seamos verdaderos seres humanos.

Feliz domingo a todos.

domingo, 8 de mayo de 2011

María madre de Jesús

Recuerdan las bodas de Caná (Juan 2, 1-12) cuando María le dice a Jesús: “No les queda vino”. A lo que Jesús responde: “Mujer, no intervengas en mi vida; mi hora aún no ha llegado.” Y entonces María dice a los sirvientes: “Hagan lo que él les diga”. Y ya todos sabemos el desenlace.
Desde antes que María fuera preñada por el Espíritu de Dios, ha recibido señales muy fuertes y ella ante todo siempre fue sumisa a la voluntad de Dios. Y en la biblia por lo general siempre colocan al final de esos pasajes: “Su madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón”. Un pasaje claro es en la primera pascua de Jesús (Lucas 2, 41-52).

Luego, durante la vida pública de Jesús pues lo siguió a todos lados y seguramente vivió grandes momentos junto al grupo de mujeres y demás. Pero, el momento más fuerte es cuando lo apresan y comienza el proceso de condenación de él. ¿Cuántas madres hoy no estarán celebrando su día yendo a las cárceles porque ahí están sus hijos? Y luego, por supuesto está con él durante todo el proceso, sólo Juan refiere este hecho porque él también estaba con ella. Juan a la final queda como un “hijo adoptivo” de María, ¿recuerdan el pasaje en plena crucifixión? (Juan, 19 25-27). ¿Y cuántos no son hijos adoptivos? Es decir, Dios les dio una madre para que lo amara, a pesar de que la que los llevó en su vientre no los pudo atender.

Madres como María se ven todos los días por ahí, luchado por su hijo, ayudándolo aunque sean teniéndole la cena lista, o el almuerzo del otro día para que se lo lleve al trabajo. ¿Cuántas madres no dejan de comer su bocado para dárselo a su hijo? Todas estas cosas las he visto personalmente y dio gracias a Dios por darles esa fuerza de voluntad a esas madres, que son por las que escribo este texto, desde María hasta la mía propia.

Nosotros como hijos o hijas sólo podemos hacer seguir el ejemplo de Jesús, hacer lo que ella nos pida a pesar de que “no sea nuestra hora”, hacer por ellas lo posible aún al borde de la muerte, “Mujer ahí tienes a tu hijo”.

Y a las madres que ya no están, seguramente el Padre las tendrá en su gloria.

Feliz domingo a todos, especialmente a las madres.

domingo, 1 de mayo de 2011

Jesús y la tempestad

En Lucas 8, 22-25 nos encontramos con el siguiente texto:
“Uno de aquellos días subió Jesús con sus discípulos a una barca y les dijo:
-Pasemos a la otra orilla del lago.
Y comenzaron la travesía. Mientras navegan, Jesús se durmió. Entonces una tempestad se desató sobre el lago, y la barca comenzó a hundirse, con el consiguiente peligro de naufragio. Los discípulos se le acercaron y lo despertaron, diciendo:
-¡Maestro, maestro, nos hundimos!
Jesús se levantó y ordenó calmarse al viento y al oleaje; éstos amainaron y el lago quedó en calma. Entonces dijo a sus discípulos:
-¿Dónde quedó su fe?
Y llenos de miedo y asombro se decían unos a otros:
-¿Quién es éste que manda incluso a los vientos y el agua, y lo obedecen?“

Este mismo pasaje lo consiguen, palabras más o palabras menos, en Marcos 4, 35-41 y en Mateo 8, 23-27. Si yo hubiese estado ahí, o cualquiera de nosotros en general, y vemos como Jesús calma la tempestad, seguramente nos hubiésemos asombrado también.
Sin embargo, este pasaje lo seleccioné no para señalar el poder de Jesús, sino más bien para hacer una pequeña semejanza o metáfora entre esa tormenta y las tormentas que a veces tenemos en nuestro corazón, en nuestro interior.

No son pocas las veces que estamos atormentados por un sinnúmero de cosas, por ejemplo, problemas en la familia, en el trabajo, con nuestra pareja, y pare usted de contar. A veces nuestro mundo interior es una verdadera tempestad.
Por lo general, uno se gasta tratando de ir solucionando problema tras problema, o quizá trata de solucionarlos al mismo instante, peor aún. Sin embargo, hay ciertas tribulaciones que no debemos dejar que sucumben a nuestro corazón, así que hay que hacer como hizo Jesús: decirle a la tormenta que se calme.
En esta metáfora, es calmar nuestro mundo interior, callar nuestra mente de tanto pensamiento que nos atribule, y que a veces son simplemente cosas absurdas. ¡Ah! Muy bien ¿verdad? Pero y ¿cómo hacemos eso? Bueno, el primer “truco”, y quizá el más antiguo de todos es “teniendo fe”, precisamente Jesús le pregunta a sus discípulos en el texto “¿Dónde quedó su fe?”. Entonces, tengamos fe en que sí podemos calmar esa tempestad interior que nos agobia el corazón y que a veces no nos deja vivir el ahora a plenitud.

Feliz domingo a todos.

domingo, 24 de abril de 2011

¿Dónde está el Reino?

En el evangelio apócrifo según Tomás, dice: (3) Jesús dijo: Si los que os guían os dicen: “¡He aquí que el Reino está en el cielo!”, entonces los pájaros del cielo se os adelantarán. Si os dicen: “(Está) en el mar”, entonces los peses se os adelantarán. En cambio, el Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros.

Son pocos los pasajes en los libros canónicos en donde Jesús haya estado en una sinagoga enseñando, sí los hay, pero son pocos; eso siempre me ha llamado mucho la atención. Hablar de Jesús y sus enseñanzas sería genial en una montaña, en un parque, en una plaza, en cualquier lugar, como dice el texto apócrifo de Tomás: “el Reino está dentro de nosotros”; si en nuestro corazón está la palabra de Jesús, en cualquier lugar estaremos en presencia del Reino de Dios. Si bien Jesús habla sobre el templo como lugar de oración (Marcos 11, 17), los lugares que escoge para sus grandes discursos son una montaña (El Sermón de la montaña), o una barca en frente a un muelle, etc.

Cuando el Reino de Dios lo tenemos en el corazón, entonces nos acompaña a cualquier lado que vayamos. Si bien los católicos y cristianos, y demás religiones poseen un lugar de reunión, me inclino más por el método de Jesús.

A veces ir a una iglesia no hace una diferencia significativa porque puede que el encargado de enseñar la palabra (sacerdote, diácono, etc.) no esté suficientemente capacitado, o sea muy ortodoxo, o simplemente repite las mismas palabras que acaba de leer, es decir, no hacen un esfuerzo por llegar al corazón de las personas, sino que simplemente hace el rito por cumplir con “sus funciones”. En fin, quizá me haya desviado un poco del tema, pero para cerrar les digo, Dios no está en un templo, el templo es un lugar de recogimiento y oración pues nos permite aislarnos un poco del bullicio exterior, pero no es el único lugar, como comenté en otro pasaje la misma habitación nuestra es un lugar para orar, una montaña con un paisaje hermoso es un lugar propicio para orar y para encontrarnos con nuestro Creador.

Feliz domingo a todos.

domingo, 17 de abril de 2011

El padrastro de Jesús

Son pocos los pasajes en los que aparece José en la historia de Jesús, es muy poca la información que nos ofrecen los textos canónicos al respecto. Sin embargo, hay un texto apócrifo llamado “Historia de José el carpintero”, y es un texto muy bonito en el que Jesús mismo narra la historia de su padre, según la carne, José.

La historia inicia en el momento que José enviuda: “Hubo un hombre, llamado José, oriundo del pueblo de Belén, de la región de Judá y de la ciudad del rey David. Instruido excelentemente en la ciencia y en la doctrina, fue nombrado sacerdote en el templo del Señor. Fue experto en el arte de la carpintería. De acuerdo con la costumbre de todos los hombres, tomó esposa. Y también engendro hijos e hijas, cuatro varones y dos hembras. Estos son sus nombres: Judas, Justo, Santiago y Simón; los nombres de las dos hijas eran Asia y Lidia. Pero falleció la esposa del justo José, que había estado siempre atenta a la gloria de Dios en todas sus obras. Y José, aquel varón justo, mi padre según la carne y esposo de María, mi madre, se dedicó, en compañía de sus hijos, a su profesión de carpintero.

Luego de eso el texto continúa con la presentación de María al templo a sus doce años. Los sacerdotes buscaron entonces un varón justo para que cuidara de María hasta que le llegara el momento del matrimonio. Es de esta forma que María fue a parar a la casa de José.

Para mí siempre ha sido confuso el papel de José en la historia de Jesús, sin embargo, este libro parece aclarar un poco el panorama. En los libros canónicos no es muy claro si José era mayor o no que María, ni cuan mayor era; en este texto se nos muestra a un José maduro que ya tiene hijos con una mujer previamente.

Sin embargo, en Mateo 1, 18-19: “”El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su madre María, que estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por la acción del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto”. Y así continúa el texto diciendo como José tuvo la visión del ángel diciéndole a José que ese hijo que iba a concebir María venía del Espíritu Santo.

Salvando las diferencias entre ambos textos, algo si es claro, en el texto canónico no es clara la filiación entre José y su hijastro, es decir, queda claro que José sabe que no es su hijo, sino concebido por el Espíritu Santo.

En esta historia de José se muestra como Jesús realmente llega a amar a su padrastro, veamos este pasaje, donde Jesús pide al Padre celestial por el alma de José: ¡Oh Padre de toda clemencia!, ojos que ves y oídos que oyes, escucha mi súplica y mis plegarias por el anciano José, y envía a Miguel, príncipe de tus ángeles, y a Gabriel, pregonero de la luz y luz de tus ángeles, para que todo su coro vaya con el alma de mi padre José hasta que lo conduzca junto a ti. Esta es la hora en que mi padre necesita misericordia.

La semana que viene mostraremos un poco más de esta filiación entre Jesús y José. Feliz domingo.

domingo, 10 de abril de 2011

Las misiones

Lucas 10, 1 – 4: “Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde él pensaba ir. Y les dio estás instrucciones:
-La cosecha es abundante, pero los obreros pocos. Rueguen, por tanto, al dueño que envíe obreros a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Sepan que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni morral ni sandalias, ni saluden a nadie por el camino.”

Resumamos las instrucciones:
1. No llevar bolsa.
2. No llevar morral.
3. No llevar sandalias.
4. No saludar a nadie en el camino.

¿Hoy en día estas instrucciones se cumplen?
Cualquier que hace un viaje, independientemente que sea una misión o no, se lleva dinero, un morral con la ropa para los días del viaje. Igualmente, puede agregar unos zapatos adicionales por si acaso. ¿Por qué Jesús da estás instrucciones para los misioneros?
Pienso que la respuesta es simple: para evitar cualquier tipo de distracción. Igualmente, indica que no saludes a nadie en el camino, es decir, no interrumpas tu camino, sigue adelante hasta tu destino final.

Pero hay más, veamos un poco más adelante en Lucas 10, 5 – 12: “Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a esta casa. Si hay allí gente de paz, su paz recaerá sobre ellos; si no, regresará a ustedes. Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que tengan, porque el obrero tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa.”

Hoy en día cada congregación tiene una casa en donde llegan los misioneros modernos, donde tienen sus tres comidas seguras, así como un lugar para descansar y tomar un baño. Ciertamente, hay lugares a donde envían misioneros en los que no hay estas comodidades. Yo lo poco que vi, pues vi mucha preparación en cuanto a llevar mucha comida para las misiones. Llegué a ver como solicitaban a las personas colaboración de comida no perecedera para llevar a estos lugares lejanos. Pero ¿por qué no siguen la recomendación de Jesús? ¿Acaso tienen miedo de que encuentren un lugar donde poder quedarse? ¿Tienen miedo que nadie le abra la puerta de su casa para acogerlos? Bueno, la verdad no sé, pero de que no siguen la recomendación del Maestro no la siguen. Ahora bien, ¿por qué Jesús recomienda esto? Pienso que una posible respuesta es de practicar la humildad, la verdadera humildad de no tener nada consigo y esperar a que el Padre a través de nuestro prójimo nos alimente.

Las misiones, en general, son una experiencia muy bonita e interesante, pero ¿no será más interesante al estilo de como Jesús recomienda?
¿Y qué sucede si no nos quieren en un lugar? Jesús les da la recomendación también (Lucas 10, 10-11): “Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la plaza y digan: Hasta el polvo de su pueblo que se nos ha pegado a los pies lo sacudimos sobre ustedes en señal de protesta.”

¿Cómo son las misiones? ¿Al estilo de Jesús?

Feliz domingo y éxito en las misiones (a los que la hacen al estilo de Jesús).

domingo, 3 de abril de 2011

Jesús y los niños

A veces he estado en la calle y veo como un padre (o madre) le está gritando a su hijo(a) porque va lento, porque van tarde, porque no terminó de comer toda la comida, etc. Igualmente, con tristeza veo en las familias como repiten a los hijos de los hijos las cosas desagradables que los padres hicieron a ellos. Es algo complicado, el reto quizá es romper con la cadena de eventos desagradables. Yo no sé si los padres se han dado cuenta de la importancia de sus hijos, es decir, sus hijos son la continuidad de sus vidas, ya que nuestra vida es pasajera.

Jesús, que según los datos que tenemos, no tuvo hijos sabía la importancia de ellos para la sociedad y siempre los quiso a su lado. Veamos un pasaje que se refiere a los niños (Mateo 18, 10): “Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños; porque les digo que sus ángeles en el cielo contemplan sin cesar el rostros de mi Padre del cielo”.

Hay otro pasaje que quizá sea aún más revelador en Marcos 10, 13-16: Trajeron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos los reprendían. Jesús, al verlo, se indignó y les dijo:
-Dejen que los niños vengan a mí; no lo impidan, porque de los que son como ellos es el reino de Dios. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Entonces Jesús los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos”.

Y peor que un mal padre o madre que reprende irracionalmente a su hijo(a) tenemos a aquellos que los agreden sexualmente, así como los casos de los sacerdotes acusado de pedofilia. Es decir, abusar de la inocencia de un niño quizá sea el pecado más horroroso que puede haber, porque le violentamos lo más preciado que ellos tienen: su inocencia.

Sin embargo, no todas son malas noticias, ciertamente sí hay padres que le dan a sus hijos el tiempo y dedicación que ellos necesitan, así como su tiempo de distracción, que como niños ellos necesitan más que otra cosa.

También hay sacerdotes que sí aman a los niños, a falta de propios, “adoptan” de cierta manera a esos muchachos que se acercan a la misa o a la parroquia.

No son muchos los pasajes en donde Jesús se encuentra con niños, hay casos especiales como el niño de una viuda de Naín (Lucas 7, 11-16) y de la hija de Jairo (Lucas 8, 51-55). En ambos casos, se da a entender que Jesús los resucita.

Para finalizar, quisiera recomendar a los padres y madres, que han caído de una u otra manera en esta página, el libro “Emilio, de la Educación” de Jean-Jacques Rousseau, es una obra impecable acerca de cómo educar a un niño desde edad temprana.

Feliz domingo.

domingo, 27 de marzo de 2011

Servir a otros

En nuestra sociedad, al igual que en la antigüedad, hay personas que hacen actividades que nadie más quiere hacer. Así tenemos, por ejemplo, la gente que limpia, que ahora le llamamos servicios generales, personal de mantenimiento, etc. En la época de Jesús era normal tener algunos esclavos para que hicieran los quehaceres de la casa. Una de las actividades que estos esclavos hacían es lavar los pies y manos a los comensales antes de comer, ya que las personas al ir en sandalias por caminos de tierra pues se llenaban lógicamente de polvo los pies. Entonces, creo que así podemos entender la reacción de los discípulos cuando su maestro se arrodilla ante ellos para lavarle los pies. Jesús en ese momento se rebaja de maestro a esclavo.
Veamos parte del pasaje en Juan 13, 4-5: “se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura. Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y secárselos con la toalla que llevaba en la cintura.”
“Se quitó el manto”, es decir, se despoja simbólicamente de su posición de maestro, para ser ahora un esclavo.

Por supuesto, esta actitud no es fácil de llevar adelante. Pero, no confundamos las cosas, es decir, no quiero decir con esto que un gerente por ejemplo, debe ir con su coleto a limpiar el piso o lavar el baño, etc. Sin embargo, un gerente sí debe estar a disposición de sus subalternos, si bien no para hacer el trabajo de estos, pero sí para ayudarlos en las dificultades que puedan tener en un momento dado, ya sea por problemas económicos como problemas personales. Ser comprensivo ante una situación dada de un empleado y ayudarlo a solucionarlo puede ser el acto de servicio más elevado en un gerente.

Es normal que estemos pendientes de nuestro lugar, hasta los discípulos discutían entre sí para saber quién estaría a la derecha e izquierda de Jesús, sin embargo, el problema con Jesús es que para poder optar por un lugar muy alto, se tiene que ser muy humilde. ¿Seremos capaces de servir a otros?

Y ahora, los servidores más importantes: Los padres de familia. ¿Cómo debería ser un padre de familia ante su esposa e hijos? ¿Cómo debería ser el comportamiento de una madre en el núcleo familiar?

¿Quiere ser importante? ¿Quiere ser el jefe?, pues Jesús nos dice en Mateo 20, 26-28: “[…] El que quiera ser importante entre ustedes, sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea su esclavo. De la misma manera que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate de todos”.

Así que estemos dispuestos a servir a otros, quizá este sea el propósito más loable en la vida.

Feliz domingo.

domingo, 13 de marzo de 2011

Reformulando la Cuaresma

Veamos primero ¿qué significa Cuaresma?
La Cuaresma es el tiempo anual de conversión y preparación a la Pascua, en la cual nos unimos al pueblo de Israel que peregrinó cuarenta años en el desierto, y a Jesús que pasó cuarenta días en el desierto antes de empezar su ministerio.
En este tiempo litúrgico, la iglesia nos invita a practicar de manera especial tres propuestas de Jesús: dar limosna, hacer oración y ayunar.

Hasta aquí todo parece estar muy bien, sin embargo, veamos que dice Jesús en relación a cada una de las propuestas:
• Dar limosna (Mt 6, 1-4): Cuidado con practicar las buenas obras para ser vistos por la gente, porque entonces su Padre del cielo no los recompensará. Por eso cuando des limosna, no vayas pregonándolo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alaben los hombres.[…] Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
• Oración (Mt 6, 5-6): Cuando oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vean las gentes. […] Tú, cuando ores, entre en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
• Ayuno (Mt 6, 16-18): Cuando ayunen, no anden triste como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que la gente vea que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, de modo que nadie note tu ayuno, sino tu Padre, que está en lo escondido. Y tu Padre, que ve hasta lo más escondido, te recompensará.

¡Hipócritas! En cada texto Jesús dice no hagan como los hipócritas, y entonces, yo me pregunto ¿qué ocurre exactamente durante el tiempo de cuaresma?
Por ejemplo hoy en cada Iglesia hay una “colecta especial” para la “campaña a compartir”, muy bien, eso lo interpreto como “denos su limosna que nosotros somos lo que sabemos cómo administrarla”, entonces todo el mundo al salir del templo tiene que dar una contribución especial para esta campaña. Lo siento por la Iglesia, pero como dice el mismo Jesús: ¡Hipócritas!

Lamentablemente la época de cuaresma se ha vuelto lo opuesto a lo que Jesús invita a hacer: dar limosna en lo secreto, orar en la intimidad de tu habitación, ayunar sin que nadie lo sepa. La época de cuaresma inicia con el miércoles de cenizas, y ¿qué se hace ese día?, te colocan una cruz de cenizas en la frente, te colocan una marca para que TODOS sepan que fuiste a misa. Y no te laves la frente ese día. ¡Hipócritas! Ya recibieron su recompensa.

A los que aún crean en la cuaresma yo le invito a hacer lo siguiente: vaya a misa, pero no de limosna, guárdela y désela sin que nadie sepa a quien considere que lo necesite realmente. Vaya a misa, pero no se quede a ninguna procesión, lleve su procesión por dentro y vaya a su casa y ore al Padre en secreto, en la intimidad de su habitación. Y en cuanto al ayuno, tengan cuidado, no siempre es conveniente a nivel de salud un ayuno estricto, sea flexible y en vez de ayunar regale una comida a una persona que lo necesite realmente, y no lo haga en frente a todo el mundo, hágalo con sigilo, que ni el vecino se entere lo que hizo. Creo que así la “cuaresma” tiene más sentido.

Feliz domingo y suerte en la cuaresma.

domingo, 6 de marzo de 2011

Que suceda según tu fe

Jesús en varios pasajes habla sobre la fe, por ejemplo cuando sana al criado el oficial romano, Él le dice (Mt 8, 10): “[…] Les aseguro que jamás he encontrado en Israel una fe tan grande […]”. Luego, nos conseguimos con la mujer que pensaba que “sólo tocando su vestido quedaré sana” (Mt 9, 21-22), y efectivamente así fue y Jesús le dice: “Ánimo, hija, tu fe te ha salvado”. Finalmente, tenemos a la mujer pagana y aunque no es israelita Jesús accede a ayudarla con el demonio que poseía a su hija. Y nuevamente Jesús dice: “¡Mujer, qué grande es tu fe! Que te suceda lo que pides”.
Observemos el detalle de que las personas con tanta fe no son israelitas, son romanos o paganos. Ahora, la contraparte, es decir, los de poca fe. Los discípulos llevan a un niño poseído por un demonio y aunque los discípulos lo intentaron no pudieron expulsarlo, luego de que Jesús expulsa al demonio, los discípulo le pregunta por qué ellos no pudieron; y la respuesta de Jesús no se hizo esperar (Mt 17, 20) “[…] Porque tiene poca fe […]”.
Ahora bien, ¿cómo es nuestra fe? ¿En qué creemos?
Como católico trato de ir con frecuencia a la misa, sin embargo, ir o no ir no limita mi fe, es decir, mi fe no depende de ir o no la iglesia. Mi fe se mueve conmigo cada día, desde el inicio de la jornada, cuando abro los ojos y noto que el Padre me ha regalado un día más. Yo creo firmemente que el Padre vela por cada hijo, pero no como un Padre sobreprotector, sino como un Padre que deja que sus hijos hagan según su pensamiento.
Pero, ¿entonces en qué debemos creer? ¿En Jesús?, es decir, ¿Qué ocurre con las demás religiones que no creen en Jesús? ¿Están condenados a no recibir nada del Padre? Pues no, la respuesta la da el mismo Jesús en los textos antes mencionados. Incluso se sorprende ante tanta fe de un soldado romano y de una mujer pagana. Así que, dejemos de lado esos prejuicios y recordemos que el Padre es uno solo, lo llamemos como lo llamamos y cuando uno de sus hijos le pide algo, Él le responderá Sí o No según lo que considere adecuado.

Feliz domingo.

domingo, 27 de febrero de 2011

Hágase Tu Voluntad

Muchos amigos se acercan a mí y me cuentan sobre un familiar que está enfermo y me piden que lo ponga en mis oraciones. Por supuesto, yo lo hago y lo hago con fe, pido por la salud de la persona. Sin embargo, a veces me cuenta como su padre o su madre o cualquier persona de su familia sufrió una enfermedad terminal y murió al poco tiempo. Por supuesto, por esa persona también rezaron mucho. ¿Y entonces? ¿Dios escucha unas oraciones y otra no? ¿Y por qué unas sí y otros no?
Esto me recuerda un pasaje del nuevo testamento, previo al arresto de Jesús. Él sabe exactamente por lo que va a pasar, así que va al monte Getsemaní y ora así (Lucas 22, 42-44):
- Padre, si quieres aleja de mí este cáliz de amargura; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.
Entonces se le apareció un ángel del cielo, que lo estuvo confortando. Lleno de angustia, oraba más intensamente, y comenzó a sudar como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.

Jesús hace una comparación de lo que va a padecer con un cáliz, y le pide al Padre que si quiere lo aleje de él. Es totalmente comprensible, como hombre, sabía la cantidad de dolor que iba a sufrir y no quería pasar por eso; más luego dice: “pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Y la respuesta para Jesús del Padre fue “no”, “no te puedo alejar tu cáliz”.

Cuando pienso en esto me pregunto, y ¿qué hacer con nuestras oraciones?, ¿estamos dispuestos a recibir un “no” como respuesta? Por eso ahora, cuando rezo al Padre, siempre finalizo con la frase: “pero que se haga Tu Voluntad y no la mía”, como una señal de humildad, esa misma humildad tuvo Jesús en aquel momento crucial de su vida.
Seamos honestos con el Padre y pidamos lo que en realidad necesitamos para nuestra vida y siempre seamos humildes como Jesús y digamos: “pero no se haga mi voluntad sino la tuya”.

Feliz domingo.

domingo, 20 de febrero de 2011

María Magdalena – Líder del grupo de mujeres

Siempre se hace mucho hincapié en los apóstoles, su misión, etc. Sin embargo, junto a Jesús iba una multitud de personas adicional al grupo de los doce. Uno de esos grupos, quizás no mencionado ampliamente por razones obvias, era el grupo de las mujeres. La biblia las menciona en Lucas 8, 1: […] Jesús caminaba por los pueblos, anunciando el reino de Dios. Los Doce iban con él y también algunas mujeres […].
Dentro de este grupo destaca siempre de primera María Magdalena, quién según Lucas 8, 2: […] María, llamada Magdalena, de la que había expulsado siete demonios.

Hagamos un breve paréntesis, por un lado tenemos a un Pedro, que mencionamos la semana pasada, que niega a Jesús en el momento de la verdad, no se acerca al Gólgota ni de broma y además no había entendido exactamente las palabras de Jesús pues no es sino mucho después de su muerte y resurrección que él mismo dice “AHORA comprendo”.
Ahora, veamos un poco el comportamiento de María Magdalena:
1. Estuvo junto a María la madre de Jesús cuando Jesús estaba crucificado: Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena (Juan 19, 25; Marcos 15, 40-41 y Mateo 27, 55-56.
2. Va al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús. Y es justamente en esta escena donde Jesús resucitado habla con ella. Veamos el texto de Juan 20, 1: El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena vino al sepulcro […]
Y sigue más adelante 20,14-17: […] –Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién estás buscando? Ella creyendo que es el jardinero, le contestó: -Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo misma iré a recogerlo. Entonces Jesús le dijo: -¡María! Ella se acercó a él y exclamó en arameo: -¡Rabboni! (Maestro). Jesús le dijo: -No me retengas, porque todavía no he subido a mi Padre; anda, ve y di a mis hermanos que voy a mi Padre que es el Padre de ustedes, que es también su Dios.
3. Es la primera en dar la buena nueva de la resurrección de Jesús, y sin dudas, no como Tomás, quien necesito pruebas concretas (Juan 20, 25: […] Si no veo las señales en sus manos y no meto mi dedo en ellas, si no meto mi mano en la herida abierta en su costado, no lo creeré.
¿Qué les parece hasta ahora María Magdalena?

¡Ah! Y mientras Jesús moría ¿dónde estaba Pedro? Negándolo desesperado, ¿dónde estaba Judas? Ahorcándose, y los otros nueve (9), ni idea; solo Juan se mantiene al lado de María la madre de Jesús. Y es en la cruz que Jesús, en pocas palabras, le dice a Juan que por favor recibe a su madre como si fuera la suya.

A mi parecer, María Magdalena amo a Jesús en verdad, independientemente de los comentarios que pueda haber de si fueron pareja, si tuvieron descendencia, etc. María Magdalena amaba a Jesús con una profundidad y sinceridad única. Ella sí hubiese hecho cualquier cosa por su Maestro, incluso lo demuestra cuando le dice al “jardinero” […] dime dónde lo has puesto (refiriéndose al cuerpo de Jesús muerto) y yo misma iré a recogerlo (esto es prohibido por la ley hebrea: tocar un cadáver) […]. Fíjense en el detalle: “yo misma iré”, es decir, ¿para qué le va a decir nada a los grandes “apóstoles”?

¿Algún comentario adicional?
Feliz domingo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Pedro - ¿Pilar de la iglesia católica?


Siempre he sido escéptico en cuanto al papel de Pedro como pilar de la iglesia católica, debido a varias razones:
1. Le dice a Jesús que es el Hijo de Dios. ¿Iluminado por el “espíritu santo” o revelación del Padre? (Mateo 16, 15-19). Sin embargo, pocas líneas después Jesús le dice “¡Colócate detrás de mí Satanás! Porque no piensas como Dios sino como los hombres (Mateo 16, 23).
2. Defiende a Jesús en Getsemaní hiriendo a uno de los siervos del sumo sacerdote (Juan 18, 10 – 11).
3. Luego, no tiene otra mejor idea que NEGAR a Jesús, y no una, sino TRES veces (Juan 18, 16; 25 y 27).
¿Entonces? ¿Jesús estaba loco o qué? ¿Acaso Pedro era digno de estar a la “cabeza” de su “iglesia” (o digamos mejor: de su ministerio)?

Pues, créanlo o no, pues sí. Es decir, Pedro es la representación del típico cristiano moderno: vamos a la misa y adoramos al Señor, a cada afirmación del sacerdote asentimos con la cabeza; luego, salimos a la calle y hacemos todo lo opuesto; y si nos pregunta de religión, nos quedamos callados para no meternos en eso. JAJAJA! No es la actitud de un típico Pedro.

Pero, aunque estas anécdotas de Pedro nos causen algo de gracia hay un pasaje que realmente revela por qué Pedro actúa como lo hace, y el es siguiente (Hechos, 34-36):
Pedro tomó entonces la palabra y dijo:
- Verdaderamente ahora comprendo que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta a quien lo honra y obra rectamente sea de la nación que sea. Él envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.

¿Qué les parece? Pedro dice “verdaderamente AHORA comprendo”, hay que ver qué clase de descaro. Luego de haber vivido junto a Jesús, escuchar sus palabras y todo, Pedro tiene tupé de decir “AHORA” comprendo. ¿Dónde estaba Pedro cuándo Jesús hablaba de su ministerio? O ¿en qué estaba pensando?
Pero, esperemos un poco y recapitulemos, ¿quién es Simón Pedro? Simplemente un pescador, es decir, un hombre que no estudió la palabra como otros pues se tenía que dedicar al negocio familiar.
Ahora, pensemos por un momento y preguntémonos: ¿por qué a Jesús se le ocurre que Pedro va a ser la Piedra sobre la que va a construir su iglesia? Si sabía que lo iba a negar, si lo llamó en un momento determinado Satanás, si huyó cuando lo iban a crucificar, etc. ¿Acaso Jesús estaba loco? ¿A qué se refería exactamente entonces? Pienso que Jesús nos señala algo profético, es decir, Pedro pilar de la iglesia es un hombre imperfecto, es el pilar de una iglesia igualmente imperfecta. Pero, ¿hasta qué punto esto podría considerarse válido?
La iglesia está conformada por los hombre y mujeres, tanto sacerdotes como laicos ¿alguno de nosotros es perfecto? Sabemos que no. Así que Jesús tuvo razón cuando nombra a Pedro como pilar de la iglesia y sobre esa piedra se construyó esta.
Para finalizar, entendamos un poco al pobre Pedro que luego de muchos años dijo “AHORA es que comprendo” y hagamos un esfuerzo por estar atento a la palabra y no repetir cual loros lo que dicen los sacerdotes o cualquier otra persona que diga que sabe de la palabra, lea e infórmese.

Feliz domingo.

domingo, 6 de febrero de 2011

Los Maestro de Jesús - segunda parte


El Maestro Amable

Después de algún tiempo, nuevamente otro profesor, que era amigo sincero de José, le dijo: “Trae al muchacho a la escuela, quizá puede yo con cariño enseñarle las letras”. Le respondió José: “Si te atreves, hermano, llévalo contigo”. Lo tomó, pues, con temor y gran angustia, pero el niño iba de buena gana.
Entró decidido en la escuela y encontró un libro colocado sobre el pupitre. Lo tomó, pero no leyó las letras que había en él, sino que, abriendo la boca, se puso hablar movido por el Espíritu Santo, y enseñaba la Ley a los presentes que lo escuchaban. Una gran muchedumbre se había congregado lo rodeaba escuchándolo y se admiraba de la hermosura de su enseñanza y la disposición de sus razones, porque siendo un niño hablaba de aquella manera.
Cuando José lo escuchó, se llenó de temor, y fue corriendo a la escuela, temiendo que también aquel profesor quedara lisiado. Pero dijo el profeso a José: “Sepas, hermano, que yo recibí a este niño como a un discípulo, pero él está lleno de abundante gracia y sabiduría. En consecuencia, hermano, creo que mejor es que te lo lleves a tu casa.”
Cuando el niño oyó estás palabras, le sonrió y le dijo: “Porque has hablado rectamente y has dado un testimonio correcto, aquel que ha sigo castigado quedará también sano gracias a ti”. Enseguida quedó curado el otro profesor. José tomó al niño y se marchó a su casa.

Evangelio del Pseudo Tomás, 15.

* * *
Repasemos un poco los tres últimos textos publicados:
Primero nos conseguimos con un Jesús que ayuda a José alargando un pedazo de madera más pequeño con otro que era más alargado; José se alegró muchísimo por tener el hijo como aquel. Sin embargo, luego nos conseguimos con el maestro iracundo quien queda lisiado por meterse con Jesús.
Hasta aquí Jesús me parece un niño caprichoso, hace según como se siente. Pero, pensemos un poco, un niño dotado como Jesús aprendiendo de sus sentimientos, aprendiendo a odiar, a amar, a respetar, etc. Un niño que aunque deja lisiado al otro maestro, cuando se consigue con este maestro amable, valora lo que este maestro le dice mostrando misericordia por el maestro anterior. Y sí, quizás Jesús en ese instante aprendió acerca de la misericordia, ¿no les parece?

Desde que recuerdo la iglesia cristiana, católica, etc. Nos muestra a un Jesús adulto que tiene todo bajo control. Sin embargo, parece algo natural de que Jesús haya aprendido a valorar las emociones sintiéndolas él mismo, experimentando por sí mismo también a identificarlas y controlarlas.

Feliz domingo.

domingo, 30 de enero de 2011

Los Maestro de Jesús - primera parte


El Maestro Iracundo

Al ver José la inteligencia del niño y cómo maduraba con la edad, tomó de nuevo la decisión de que no quedara en la ignorancia de las letras. Lo llevó, pues, y lo puso a disposición de otro maestro. Dijo el maestro a José: “En primer lugar, lo educaré en las letras griegas; luego, en las hebreas”. Porque el maestro sabía de los conocimientos del muchacho, y tuvo miedo. Sin embargo, después de escribir el alfabeto, trató de que Jesús practicara durante mucho tiempo, pero no obtuvo respuesta alguna.
Pero Jesús le dijo: “Si realmente eres un maestro, y si conoces bien las letras, dime el valor del alfa y yo te diré el valor de beta”. Enfadado, el maestro lo golpeó en la cabeza. Al sentir el niño el dolor, lo maldijo. Y al punto se desvaneció el maestro y cayó en tierra de bruces.
Regresó el niño a casa de José. Se llenó José de tristeza y recomendó a su madre que no le permitiera salir fuera de la casa, porque morían todos los que le disgustaban.

Evangelio del Pseudo Tomás, 14.

* * *
Comentario final en la próxima entrega.

domingo, 23 de enero de 2011

Jesús, carpintero milagroso

El padre de Jesús era artesano, y por aquel tiempo fabricaba arados y yugos. Le encargaron que hiciera una cama para una persona rica. Sucedió que no de los dos varales del encargo era más corto que el otro. Como José no sabía qué hacer, dijo el niño Jesús a su padre: “Pon los dos maderos en tierra e iguálalos partiendo de la mitad”.
Hizo José lo que le dijo el niño. Se colocó Jesús en una de las partes, tomó el madero más corto y, estirándolo, lo dejó igual que el otro. Al verlo su padre José, se llenó de admiración. Y tomando al niño lo cubrió de besos, diciendo: “Soy feliz, porque Dios me ha dado este hijo”.

Evangelio del Pseudo Tomás, 13.

* * *
José da gracias a Dios porque Jesús le resolvió un problema imposible de resolver en términos normales, sin embargo, veremos que más adelante le teme a su propio hijo cuando se enfrenta con unos maestros. Lo veremos en las próximas entregas.

domingo, 16 de enero de 2011

Jesús cura a un leñador herido

Pocos días después, estaba cortando leña un joven en la vecindad cuando le cayó el hacha y le hendió la planta del pie. Estaba a punto de morir desangrado.
Producido un alboroto con gran aglomeración, llegó también corriendo el niño Jesús. Se abrió paso a la fuerza entre la multitud y apretó el pie herido del joven, que enseguida quedó curado. Luego dijo al joven: “Levántate ahora, sigue cortando la leña y acuérdate de mí”. La gente, al ver lo sucedido adoró al niño diciendo: “En verdad que el Espíritu de Dios habita en este niño”.

Evangelio del Pseudo Tomás, 10.

* * *
Otro milagro del niño Jesús. Aquí solo quiero reflexionar un poco en la frase que le dijo Jesús al leñador una vez que lo curó: “Levántate ahora, sigue cortando la leña y acuérdate de mí”. ¿Cuántas veces nos sentimos abatidos por las dificultades de la vida? ¿Cuántas veces pedimos a Dios que nos levante? Pues, le invito a recordar esta frase, haciendo un ligero cambio personal: Levántate ahora, sigue trabajando y acuérdate de mí. Fíjense en el orden: Levantarse, Trabajar y Dar gracias.

domingo, 9 de enero de 2011

Resurrección de un muerto

Unos días después, estaba Jesús jugando en la azotea de una casa cuando uno de los niños que jugaba con él cayó bajo desde la azotea y se mató. Los otros niños al verlo, escaparon huyendo y quedó Jesús solo.
Llegaron los padres del difunto y lo acusaron a él. Pero Jesús dijo: “Yo de ningún modo lo he tirado abajo”. Pero ellos lo trataron con insolencia.
Saltó Jesús desde la azotea y se colocó junto a la boca del muchacho. Gritó con gran voz y dijo: “Zenón –que así se llamaba-, levántate y dime: ¿Soy yo el que te ha tirado abajo? Levantándose el muerto al momento, dijo: “No Señor; no me has tirado abajo, sino que me has resucitado”. Los que vieron quedaron fuera de sí. Los padres del muchacho dieron Gloria a Dios por el milagro sucedido y adoraron a Jesús.

Evangelio del Pseudo Tomás, 9.

* * *
¿Primer resucitado de Jesús? Puede ser, quizá le haya devuelto la vida a más de un animalito que le gustara y se hubiese muerto. Imagino que para un niño tener una capacidad como esta es difícil de manejar. ¿Jesús habrá tenido en verdad estos poderes a tan temprana edad? Nunca lo sabremos, pero se me hace divertido pensar que sí.

jueves, 6 de enero de 2011

Artabán: La historia del cuarto Rey Mago


Cuenta la tradición que los reyes viajaron desde el lejano oriente guiados por una estrella y cargados con regalos para ofrecer al Mesías que nacería en Belén.

Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaron a tiempo al pesebre donde nació Jesús y entregaron los regalos que traían para adorarlo: Oro, incienso y mirra.

Sin embargo, pocos saben que en realidad eran cuatro los reyes magos que debieron haber llegado aquella noche a Belén, pero, ¿Qué pasó con el cuarto rey mago?

Artabán era el nombre del rey que jamás conoció a Jesús.

Su historia se encuentra en algunos textos antiguos que dan cuenta del largo camino que recorrió buscando a Jesús para entregarle el regalo que debió haberle obsequiado la noche en que nació.

Artabán junto con Melchor, Gaspar y Baltasar, habían hecho planes para reunirse en Borsippa, una antigua ciudad de Mesopotamia desde donde iniciarían el viaje que les llevaría hasta Belén para adorar al Mesías.

El cuarto rey mago llevaba consigo una gran cantidad de piedras preciosas para ofrecer a Jesús, pero cuando viajaba hacia el punto de reunión encontró en su camino a un anciano enfermo, cansado y sin dinero. Artabán se vio envuelto en un dilema por ayudar a este hombre o continuar su camino para encontrarse con los otros reyes. De quedarse con el anciano, seguro perdería tiempo y los otros reyes le abandonarían. Obedeciendo a su noble corazón, decidió ayudar a aquel anciano.

El tiempo había pasado y en el punto de reunión no encontró más a sus tres compañeros de viaje.

Decidido a cumplir su misión, emprendió un largo camino sin descanso hasta Belén para adorar al niño, pero al llegar, Jesús había nacido y José y María estaban rumbo a Egipto, escapando a la matanza ordenada por Herodes.

Artabán emprendió entonces un viaje en el que, por donde quiera que pasaba, la gente pedía su auxilio, y él, atendiendo siempre a su noble corazón, ayudaba sin detenerse a pensar que el obsequio de piedras preciosas que cargaba, poco a poco se reducía sin remedio. En su andar, Artabán se preguntaba: ¿Qué podía hacer si la gente le suplicaba por ayuda? ¿Cómo podría negarle ayuda a quien la necesitaba?

Así pasaron los años y en su larga tarea por encontrar a Jesús ayudaba a toda la gente que se lo solicitaba.

Treinta y tres años después el viejo y cansado Artabán llegó por fin a donde los rumores le habían llevado en su larga búsqueda por Jesús. La gente se reunía en torno al monte Gólgota para ver la crucifixión de un hombre que, decían, era el Mesías enviado por Dios para salvar las almas de los hombres. Artabán no tenía duda en su corazón, aquel hombre era quién había estado buscando durante todos esos años.

Con un rubí en su bolsa y dispuesto a entregarla joya pese a cualquier cosa, Artabán encaminó sus pasos hacia aquel monte, sin embargo, justo frente a él apareció una mujer que era llevada a la fuerza para ser vendida como esclava para pagar las deudas de su padre. Artabán la liberó a cambio de la última piedra que le quedaba de su basto tesoro.

Triste y desconsolado, nuestro cuarto rey mago se sentó junto al pórtico de una casa vieja. En aquel momento, la tierra tembló de forma brusca y una enorme piedra golpeo la cabeza de Artabán. El temblor aquel anunciaba la muerte de Jesús en la Cruz.

Moribundo y con sus últimas fuerzas, el cuarto rey imploró perdón por no haber podido cumplir con su misión de adorar al Mesías. En ese momento, la voz de Jesús se escuchó con fuerza: Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste. Artabán, agotado, preguntó: ¿Cuándo hice yo esas cosas? Y justo en el momento en que moría, la voz de Jesús le dijo: Todo lo que hiciste por los demás, lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos.

* * *

Existe una película llamada "The Fourth Wise Man" que cuenta esta historia.
Feliz día de Reyes, y aunque nos pase como a Artabán que no llegamos a tiempo, no olvidemos que Jesús jamás olvidará nuestras buenas obras.

domingo, 2 de enero de 2011

Los pájaros de barro


Este niño Jesús, llegado a los cinco años, estaba jugando después de una lluvia en el cauce de una corriente. Las aguas que fluían las recogía en charcas, las volvía puntualmente cristalinas y las dominaba solamente con la palabra.
Hizo barro blando y formó doce pajarillos. Era sábado cuando hizo aquello. Había también otros muchos niños jugando con Jesús.
Al ver cierto judío lo que hacía Jesús jugando en día sábado, marchó a toda prisa y se lo anunció a su padre José: “Mira que tu hijo está jugando junto al arroyo, ha tomado un poco de barro y ha formado doce pajarillos, con lo que ha profanado el sábado”.
Fue José al lugar y, al verlo, le llamó la atención, diciéndole: “¿Por qué haces en sábado estas cosas que no está permitido hacer?”. Pero Jesús, batiendo sus manos, grito a los pajarillos y les dijo: “Marchaos”. Los pajarillos echaron a volar y se fueron gorjeando.

Evangelio del Pseudo Tomás, 2, 1-4

* * *

En el grupo de libros canónicos, ninguna habla de la infancia de Jesús. Y la verdad a mi me extrañaba un poco eso, pues si Jesús llegó a hacer lo que hizo, ¿por qué ninguno de los apóstoles o discípulo, en general, averiguó más sobre la infancia de su maestro? Bueno, aquí tenemos uno de esos textos apócrifos sobre la infancia de Jesús, donde él en su inocencia está jugando en sábado; recordemos que para los Judíos el sábado es un día de descanso absoluto, son muy pocas las cosas que pueden hacer. Aquí el autor nos muestra a un Jesús despreocupado sobre qué día es, y pienso que para un niño eso es de lo más natura, sin embargo, para el caso de jesús es como una señal de cómo él lleva la contraria a esta norma.
Es pasaje es muy bonito de imaginar, un Jesús niño jugando y usando sus “habilidades” para hacer que los pajarillos de barro se transformaran en aves reales.
Es extraño como La Iglesia ha dejado de lado estos libros por ser demasiado “extraordinarios” o “fantásticos”, ahora me pregunto: ¿y acaso Jesús era ordinario?