lunes, 24 de abril de 2017

Por sus frutos

Mat 7, 15-21: [Dice Jesús] Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. 16  Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos? 17  Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos. 18  Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos. 19  Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego. 20  Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras. 21  No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo.

 * * *
¿Los falsos profetas quiénes son? Cualquier personas que nos dice que sabe de la Biblia y la utiliza a la final para su beneficio personal. Y cuando digo cualquier persona es cualquier persona. Y ¿cómo podemos darnos cuenta de eso?, el mismo Jesús nos dice “Ustedes los reconocerán por sus obras”. Vean su forma de actuar: su relación con su familia, con sus amigos, con sus enemigos, vean, en general, cómo es su entorno.

Y también tengamos en cuenta estas palabras de Jesús: “No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos”, es decir, no basta con creer en Jesús, como afirman algunos cristianos, debemos hacer la voluntad del Padre [“más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo.”]. Es decir, que sí cuenta las obras, y ¿cuáles son esas obras? Pues las que correspondan con la voluntad del Padre. El reto quizás está, en darnos cuenta cuál es Su Voluntad.

Recuerden, a la final por nuestros frutos u obras nos reconocerán como verdaderos seguidores de las enseñanzas de Jesús.


Feliz inicio de semana.

lunes, 17 de abril de 2017

Cumplan pero no imiten

Mateo 23, 1-5: Entonces Jesús habló tanto para el pueblo como para sus discípulos: Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés. Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no practican. Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas. Todo lo hacen para ser vistos por los hombres. Miren esas largas citas de la Ley que llevan en la frente y los largos flecos de su manto.

Pongamos algunos datos en contexto.
Los maestros de la ley eran también los llamados “escribas”, se les respetaba mucho porque estudiaban los libros de la Biblia con mucho cuidado y los explicaban al pueblo.
Por su parte los fariseos era una comunidad judía que logró que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos. Los cuales, tras la caída del Templo, tomaron el control del judaísmo «oficial», y transformaron el culto.

Es por esto que Jesús dice que “Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés”, es decir, el liderazgo del pueblo judío. Luego, nos advierte: “Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no los imiten”. ¿Por qué dice esto Jesús? Simple. Muchos doctos que dicen entender e interpretar la biblia no son de los más fervientes practicantes, por lo tanto, no son dignos ejemplos a imitar. Eso hoy en día está igualmente vigente, tanto sacerdote, pastor, o similar hablan con tanta soltura sobre un púlpito y luego los vemos que no viven el evangelio ni siquiera siguen sus propios consejos. Recordemos que todas esas personas (sacerdotes, pastores, etc.) a la final son también seres humanos, por lo tanto, están tan propensos a cometer errores como cualquiera de nosotros.
Pienso que a la final el mensaje implícito que Jesús nos quiere transmitir es que imitemos a quienes de verdad sean dignos de imitar, y de aquellos que sean doctos en la ley, tomemos su palabra como aprendizaje, pero siempre atentos de no imitar lo que no es.


Feliz inicio de semana.

lunes, 10 de abril de 2017

Getsemaní

Quizás el momento cumbre en la carrera de Jesús como predicador de la buena nueva fue en el monte de Getsemaní, recordemos que en ese momento él sabía que lo iban a traicionar y entregar a los romanos para que lo mataran.

Repasemos el pasaje con Marcos 14, 35-36: “Jesús se adelantó un poco, y cayó en tierra suplicando que, si era posible, no tuviera que pasar por aquella hora. 36  Decía: "Abbá, o sea, Padre, si para ti todo es posible, aparta de mí esta copa. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.”

¿Quiere decir que Jesús fue débil? ¿O qué tuvo un momento de debilidad? Pues sí, eso es exactamente lo que parece, sin embargo, es más un momento de fortaleza cuando dice: “Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú”, es decir, pensó no puedo poner mis deseos por encima de los de mi Padre. ¡Que duro! Los cristianos y católicos siempre hablan de que Jesús fue Dios mismo, y que junto al Espíritu Santo completan un único Dios en tres personas.
Pasajes como este me hacen dudar de que Jesús haya sido Dios junto al Padre, es decir, no por el hecho de que duda si se puede hacer las cosas de otra manera y saltarse su muerte, sino que él mismo se está diferenciando cuando dice que se haga la voluntad del Padre y no la de él, pero esto quizás sea harina de otro costal.

Lo cierto es que a veces aceptar sea la manera adecuada de mostrar fortaleza antes los hechos, hay cosas que las queremos a nuestro modo de  pensar, pero seguramente el Padre nos tendrá algo diferente preparado, sin embargo, hay que estar muy atentos y mantenernos a la espera de las señales adecuadas, y si se avecina algo feo, pues ser fuertes y mantenernos firmes como Jesús: “no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú”.


Feliz inicio de semana.

lunes, 3 de abril de 2017

El Padre

La relación que nos muestra Jesús con el Padre es maravillosa, en cierto momento nos explica cómo podemos pedirle algo (Mateo 7, 7-11), “Porque el que pide, recibe”; incluso compara ser un “padre humano” y uno del tipo “Padre-Dios”. La mayoría debe conocer este pasaje.

Para muchos cristianos quizás esto lo veamos como algo natural, pero para la época, recordemos que no existían los cristiano, Jesús pertenecía a los judíos, y para ellos, decirle Padre a Dios (bendito sea su nombre, decían en esa época) era una blasfemia, incluso nombrarlo siquiera era algo extraordinario que no todos podían hacer; es decir, no era algo para todo el mundo. Entonces, Jesús llega y nos dice, hablen directo al Padre (Mateo 6, 6-13) con el “Padre Nuestro”, tal y como lo conocemos hoy por hoy. Incluso es bien específico al decir “7  Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga.” Y aún hoy en día existe en nuestras iglesias, las letanías y los rosarios y demás rezos como fórmulas para que Dios (Padre) nos oiga.

En fin, no nos desviemos del tema principal. Es decir, nuestro Padre.

Jesús vino a mostrar la relación que podemos llegar a tener todos con Dios Padre, no tenemos que hablarle como un ser supremo que solo nos ve para criticarnos, y, según algunos otros, condenarnos incluso.
Él ve lo bueno que hacemos y nos premiará (Mateo 6, 4), ¿cómo?, nadie sabe sólo Él, pero de que lo hará, lo hará.

Sé que alguno que lea esto me citará otros pasajes con un Dios que es vengativo, que va destruir a nuestros enemigos, y todas esas cosas. Sin embargo, insisto siempre en eso, si nos consideramos seguidores de la palabra que nos transmitió Jesús, pues él nos trajo la buena nueva de que nuestro Padre en el Cielo está para nosotros hoy y siempre.

Así que sigamos nuestras buenas acciones, amemos a nuestro enemigos (Mateo 5, 44-45) y hagamos que nuestras acciones sean cada vez más perfectas y podamos parecernos más cada día a nuestro Padre Celestial (Mateo 5, 48).


Feliz inicio de semana.

Para su comodidad aquí les dejo la transcripción de los pasajes citados:
Mateo 7, 7-11Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. 8  Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. 9  ¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan?  10  ¿O le daría una culebra cuando le pide un pescado? 11  Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan! 

Mateo 6, 6-13Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. 7  Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. 8  No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan. 9  Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre,  10 venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. 11  Danos hoy el pan que nos corresponde;" 12  y perdona nuestras deudas, también nosotros perdonamos a nuestros deudores;" 13  y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.

Mateo 6, 4tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.

Mateo 5, 44-45Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, 45 para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.

Mateo 5, 48Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.