domingo, 8 de mayo de 2011

María madre de Jesús

Recuerdan las bodas de Caná (Juan 2, 1-12) cuando María le dice a Jesús: “No les queda vino”. A lo que Jesús responde: “Mujer, no intervengas en mi vida; mi hora aún no ha llegado.” Y entonces María dice a los sirvientes: “Hagan lo que él les diga”. Y ya todos sabemos el desenlace.
Desde antes que María fuera preñada por el Espíritu de Dios, ha recibido señales muy fuertes y ella ante todo siempre fue sumisa a la voluntad de Dios. Y en la biblia por lo general siempre colocan al final de esos pasajes: “Su madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón”. Un pasaje claro es en la primera pascua de Jesús (Lucas 2, 41-52).

Luego, durante la vida pública de Jesús pues lo siguió a todos lados y seguramente vivió grandes momentos junto al grupo de mujeres y demás. Pero, el momento más fuerte es cuando lo apresan y comienza el proceso de condenación de él. ¿Cuántas madres hoy no estarán celebrando su día yendo a las cárceles porque ahí están sus hijos? Y luego, por supuesto está con él durante todo el proceso, sólo Juan refiere este hecho porque él también estaba con ella. Juan a la final queda como un “hijo adoptivo” de María, ¿recuerdan el pasaje en plena crucifixión? (Juan, 19 25-27). ¿Y cuántos no son hijos adoptivos? Es decir, Dios les dio una madre para que lo amara, a pesar de que la que los llevó en su vientre no los pudo atender.

Madres como María se ven todos los días por ahí, luchado por su hijo, ayudándolo aunque sean teniéndole la cena lista, o el almuerzo del otro día para que se lo lleve al trabajo. ¿Cuántas madres no dejan de comer su bocado para dárselo a su hijo? Todas estas cosas las he visto personalmente y dio gracias a Dios por darles esa fuerza de voluntad a esas madres, que son por las que escribo este texto, desde María hasta la mía propia.

Nosotros como hijos o hijas sólo podemos hacer seguir el ejemplo de Jesús, hacer lo que ella nos pida a pesar de que “no sea nuestra hora”, hacer por ellas lo posible aún al borde de la muerte, “Mujer ahí tienes a tu hijo”.

Y a las madres que ya no están, seguramente el Padre las tendrá en su gloria.

Feliz domingo a todos, especialmente a las madres.

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