En nuestra sociedad, al igual que en la antigüedad, hay personas que hacen actividades que nadie más quiere hacer. Así tenemos, por ejemplo, la gente que limpia, que ahora le llamamos servicios generales, personal de mantenimiento, etc. En la época de Jesús era normal tener algunos esclavos para que hicieran los quehaceres de la casa. Una de las actividades que estos esclavos hacían es lavar los pies y manos a los comensales antes de comer, ya que las personas al ir en sandalias por caminos de tierra pues se llenaban lógicamente de polvo los pies. Entonces, creo que así podemos entender la reacción de los discípulos cuando su maestro se arrodilla ante ellos para lavarle los pies. Jesús en ese momento se rebaja de maestro a esclavo.
Veamos parte del pasaje en Juan 13, 4-5: “se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura. Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y secárselos con la toalla que llevaba en la cintura.”
“Se quitó el manto”, es decir, se despoja simbólicamente de su posición de maestro, para ser ahora un esclavo.
Por supuesto, esta actitud no es fácil de llevar adelante. Pero, no confundamos las cosas, es decir, no quiero decir con esto que un gerente por ejemplo, debe ir con su coleto a limpiar el piso o lavar el baño, etc. Sin embargo, un gerente sí debe estar a disposición de sus subalternos, si bien no para hacer el trabajo de estos, pero sí para ayudarlos en las dificultades que puedan tener en un momento dado, ya sea por problemas económicos como problemas personales. Ser comprensivo ante una situación dada de un empleado y ayudarlo a solucionarlo puede ser el acto de servicio más elevado en un gerente.
Es normal que estemos pendientes de nuestro lugar, hasta los discípulos discutían entre sí para saber quién estaría a la derecha e izquierda de Jesús, sin embargo, el problema con Jesús es que para poder optar por un lugar muy alto, se tiene que ser muy humilde. ¿Seremos capaces de servir a otros?
Y ahora, los servidores más importantes: Los padres de familia. ¿Cómo debería ser un padre de familia ante su esposa e hijos? ¿Cómo debería ser el comportamiento de una madre en el núcleo familiar?
¿Quiere ser importante? ¿Quiere ser el jefe?, pues Jesús nos dice en Mateo 20, 26-28: “[…] El que quiera ser importante entre ustedes, sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea su esclavo. De la misma manera que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate de todos”.
Así que estemos dispuestos a servir a otros, quizá este sea el propósito más loable en la vida.
Feliz domingo.
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