domingo, 26 de agosto de 2012

La parábola del perdón


El perdón es una poderosa fuerza, tanto para el que perdona como para el que pide perdón y es perdonado. En algunas ocasiones no es tan sencillo como parece, dependiendo de la magnitud de lo que nos hicieron, así será de difícil el perdonar. No es lo mismo que nos roben la cartera con poco dinero, a que nos chantajeen y nos dejen en banca rota, por poner un ejemplo. Hoy en día, el perdón hasta se utiliza como terapia, si busca un poco en internet encontrará muchísima información al  respecto. Y seguramente, le explicarán los beneficios de perdonar para su vida, así mismo lo hizo Jesús en la siguiente parábola de Mateo (18, 21-35):

Entonces se acercó Pedro y le preguntó:
-¿Cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano cuando me ofenda? ¿Siete veces?
Jesús le respondió:
-No te digo siete veces, sino setenta veces siete. Porque con el reino de los cielos sucede lo que con aquel rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al comenzar a ajustarlas, le presentaron a uno que le debía diez mil talentos. Como no podía pagar, mandó a que lo vendieran a él, a su esposa y a sus hijos, y todo cuanto tenía, para pagar la deuda. El siervo se echó a sus pies suplicando: “¡ten paciencia conmigo, que te lo pagaré todo!”.
El señor tuvo compasión de aquel siervo, lo dejó libre y le perdonó la deuda. Nada más salir, aquel siervo encontró a un compañero suyo que le debía cien denarios; lo agarro y le apretó el cuello, diciendo: “¡Paga lo que me debes!”. El compañero se echó a sus pies, suplicándole: “¡Ten paciencia conmigo y te lo pagaré!”. Pero el no quiso y lo metió a la cárcel hasta que pagara la deuda. Al verlo sus compañeros se disgustaron mucho y fueron a contar a su señor todo lo ocurrido.
Entonces el señor lo llamó y le dijo: “Siervo miserable, yo te perdoné toda aquella deuda, porque me lo suplicaste. ¿No debías haberte compadecido de tu compañero como yo me compadecí de ti?”. Entonces su señor, muy enojado, lo entregó para que lo castigaran hasta que pagara la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre celestial si no se perdonan de corazón unos a otros.

En vez de perdonar siete veces, Jesús propone perdonar setenta veces siete, ¿pero quien podría llevar una cuenta así? Parece que a lo que Jesús se refiere es a perdonar tantas veces como sean necesario, sin embargo, también hay que ser agradecidos con el perdón que nos conceden porque de lo contrario nos transformaríamos en un siervo miserable, que le gusta recibir perdón pero no que no lo da a nadie. Perdonar es difícil, a veces ni a nosotros mismos nos perdonamos en ciertas circunstancias, pero ya sea por terapia o por ganar el cielo, definitivamente perdonar nos traerá buenas ganancias.


¡Feliz domingo!