domingo, 27 de marzo de 2011

Servir a otros

En nuestra sociedad, al igual que en la antigüedad, hay personas que hacen actividades que nadie más quiere hacer. Así tenemos, por ejemplo, la gente que limpia, que ahora le llamamos servicios generales, personal de mantenimiento, etc. En la época de Jesús era normal tener algunos esclavos para que hicieran los quehaceres de la casa. Una de las actividades que estos esclavos hacían es lavar los pies y manos a los comensales antes de comer, ya que las personas al ir en sandalias por caminos de tierra pues se llenaban lógicamente de polvo los pies. Entonces, creo que así podemos entender la reacción de los discípulos cuando su maestro se arrodilla ante ellos para lavarle los pies. Jesús en ese momento se rebaja de maestro a esclavo.
Veamos parte del pasaje en Juan 13, 4-5: “se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura. Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y secárselos con la toalla que llevaba en la cintura.”
“Se quitó el manto”, es decir, se despoja simbólicamente de su posición de maestro, para ser ahora un esclavo.

Por supuesto, esta actitud no es fácil de llevar adelante. Pero, no confundamos las cosas, es decir, no quiero decir con esto que un gerente por ejemplo, debe ir con su coleto a limpiar el piso o lavar el baño, etc. Sin embargo, un gerente sí debe estar a disposición de sus subalternos, si bien no para hacer el trabajo de estos, pero sí para ayudarlos en las dificultades que puedan tener en un momento dado, ya sea por problemas económicos como problemas personales. Ser comprensivo ante una situación dada de un empleado y ayudarlo a solucionarlo puede ser el acto de servicio más elevado en un gerente.

Es normal que estemos pendientes de nuestro lugar, hasta los discípulos discutían entre sí para saber quién estaría a la derecha e izquierda de Jesús, sin embargo, el problema con Jesús es que para poder optar por un lugar muy alto, se tiene que ser muy humilde. ¿Seremos capaces de servir a otros?

Y ahora, los servidores más importantes: Los padres de familia. ¿Cómo debería ser un padre de familia ante su esposa e hijos? ¿Cómo debería ser el comportamiento de una madre en el núcleo familiar?

¿Quiere ser importante? ¿Quiere ser el jefe?, pues Jesús nos dice en Mateo 20, 26-28: “[…] El que quiera ser importante entre ustedes, sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea su esclavo. De la misma manera que el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate de todos”.

Así que estemos dispuestos a servir a otros, quizá este sea el propósito más loable en la vida.

Feliz domingo.

domingo, 13 de marzo de 2011

Reformulando la Cuaresma

Veamos primero ¿qué significa Cuaresma?
La Cuaresma es el tiempo anual de conversión y preparación a la Pascua, en la cual nos unimos al pueblo de Israel que peregrinó cuarenta años en el desierto, y a Jesús que pasó cuarenta días en el desierto antes de empezar su ministerio.
En este tiempo litúrgico, la iglesia nos invita a practicar de manera especial tres propuestas de Jesús: dar limosna, hacer oración y ayunar.

Hasta aquí todo parece estar muy bien, sin embargo, veamos que dice Jesús en relación a cada una de las propuestas:
• Dar limosna (Mt 6, 1-4): Cuidado con practicar las buenas obras para ser vistos por la gente, porque entonces su Padre del cielo no los recompensará. Por eso cuando des limosna, no vayas pregonándolo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alaben los hombres.[…] Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
• Oración (Mt 6, 5-6): Cuando oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vean las gentes. […] Tú, cuando ores, entre en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
• Ayuno (Mt 6, 16-18): Cuando ayunen, no anden triste como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que la gente vea que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa. Tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, de modo que nadie note tu ayuno, sino tu Padre, que está en lo escondido. Y tu Padre, que ve hasta lo más escondido, te recompensará.

¡Hipócritas! En cada texto Jesús dice no hagan como los hipócritas, y entonces, yo me pregunto ¿qué ocurre exactamente durante el tiempo de cuaresma?
Por ejemplo hoy en cada Iglesia hay una “colecta especial” para la “campaña a compartir”, muy bien, eso lo interpreto como “denos su limosna que nosotros somos lo que sabemos cómo administrarla”, entonces todo el mundo al salir del templo tiene que dar una contribución especial para esta campaña. Lo siento por la Iglesia, pero como dice el mismo Jesús: ¡Hipócritas!

Lamentablemente la época de cuaresma se ha vuelto lo opuesto a lo que Jesús invita a hacer: dar limosna en lo secreto, orar en la intimidad de tu habitación, ayunar sin que nadie lo sepa. La época de cuaresma inicia con el miércoles de cenizas, y ¿qué se hace ese día?, te colocan una cruz de cenizas en la frente, te colocan una marca para que TODOS sepan que fuiste a misa. Y no te laves la frente ese día. ¡Hipócritas! Ya recibieron su recompensa.

A los que aún crean en la cuaresma yo le invito a hacer lo siguiente: vaya a misa, pero no de limosna, guárdela y désela sin que nadie sepa a quien considere que lo necesite realmente. Vaya a misa, pero no se quede a ninguna procesión, lleve su procesión por dentro y vaya a su casa y ore al Padre en secreto, en la intimidad de su habitación. Y en cuanto al ayuno, tengan cuidado, no siempre es conveniente a nivel de salud un ayuno estricto, sea flexible y en vez de ayunar regale una comida a una persona que lo necesite realmente, y no lo haga en frente a todo el mundo, hágalo con sigilo, que ni el vecino se entere lo que hizo. Creo que así la “cuaresma” tiene más sentido.

Feliz domingo y suerte en la cuaresma.

domingo, 6 de marzo de 2011

Que suceda según tu fe

Jesús en varios pasajes habla sobre la fe, por ejemplo cuando sana al criado el oficial romano, Él le dice (Mt 8, 10): “[…] Les aseguro que jamás he encontrado en Israel una fe tan grande […]”. Luego, nos conseguimos con la mujer que pensaba que “sólo tocando su vestido quedaré sana” (Mt 9, 21-22), y efectivamente así fue y Jesús le dice: “Ánimo, hija, tu fe te ha salvado”. Finalmente, tenemos a la mujer pagana y aunque no es israelita Jesús accede a ayudarla con el demonio que poseía a su hija. Y nuevamente Jesús dice: “¡Mujer, qué grande es tu fe! Que te suceda lo que pides”.
Observemos el detalle de que las personas con tanta fe no son israelitas, son romanos o paganos. Ahora, la contraparte, es decir, los de poca fe. Los discípulos llevan a un niño poseído por un demonio y aunque los discípulos lo intentaron no pudieron expulsarlo, luego de que Jesús expulsa al demonio, los discípulo le pregunta por qué ellos no pudieron; y la respuesta de Jesús no se hizo esperar (Mt 17, 20) “[…] Porque tiene poca fe […]”.
Ahora bien, ¿cómo es nuestra fe? ¿En qué creemos?
Como católico trato de ir con frecuencia a la misa, sin embargo, ir o no ir no limita mi fe, es decir, mi fe no depende de ir o no la iglesia. Mi fe se mueve conmigo cada día, desde el inicio de la jornada, cuando abro los ojos y noto que el Padre me ha regalado un día más. Yo creo firmemente que el Padre vela por cada hijo, pero no como un Padre sobreprotector, sino como un Padre que deja que sus hijos hagan según su pensamiento.
Pero, ¿entonces en qué debemos creer? ¿En Jesús?, es decir, ¿Qué ocurre con las demás religiones que no creen en Jesús? ¿Están condenados a no recibir nada del Padre? Pues no, la respuesta la da el mismo Jesús en los textos antes mencionados. Incluso se sorprende ante tanta fe de un soldado romano y de una mujer pagana. Así que, dejemos de lado esos prejuicios y recordemos que el Padre es uno solo, lo llamemos como lo llamamos y cuando uno de sus hijos le pide algo, Él le responderá Sí o No según lo que considere adecuado.

Feliz domingo.