domingo, 28 de noviembre de 2010

Parábola de los dos hijos

¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve a trabajar a la viña". Y él le dijo: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue. Luego se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él respondió: "Voy, señor". Pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad del padre?
Le contestaron:
- El primero.
Entonces Jesús les dijo:
- Les aseguro que los que recaudan impuestos para Roma y las prostitutas les llevan ventajas para entrar en el reino de los cielos. Porque vino Juan [el Bautista] a manifestarles el camino de la salvación y no le creyeron; en cambio los recaudadores de impuesto y las prostitutas le creyeron. Y ustedes, a pesar de esto, no se arrepintieron ni creyeron en él.

Mateo 21, 28-32

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Como siempre Jesús es directo y duro en su discurso, compara a sus interlocutores con lo peor de los judíos: recaudadores de impuesto y prostitutas. Pero, usa esa comparación para llegar directo al punto que quiere explicar: no importa nuestra actitud ante la petición del Padre, puede que seamos renuentes o nos de pereza, sin embargo, si lo hacemos a la final ganaremos su complacencia.
En nuestra vida cotidiana, sobre todo cuando somos jóvenes, nos ocurre estas situaciones en que nuestros padres nos solicitan algo, y a veces decimos que no, sin embargo, luego reflexionamos un poco y hacemos lo que nos pidieron.
Ahora bien, y para finalizar, la actitud del segundo hermano si es desagradable, e igualmente vemos eso pasar a diario en todo nivel, desde gente joven como en adultos y viejos. Quizá sea una de las peores situaciones con las que nos enfrentemos: estar delante de alguien en quien no se le puede confiar una tarea.