domingo, 3 de abril de 2011

Jesús y los niños

A veces he estado en la calle y veo como un padre (o madre) le está gritando a su hijo(a) porque va lento, porque van tarde, porque no terminó de comer toda la comida, etc. Igualmente, con tristeza veo en las familias como repiten a los hijos de los hijos las cosas desagradables que los padres hicieron a ellos. Es algo complicado, el reto quizá es romper con la cadena de eventos desagradables. Yo no sé si los padres se han dado cuenta de la importancia de sus hijos, es decir, sus hijos son la continuidad de sus vidas, ya que nuestra vida es pasajera.

Jesús, que según los datos que tenemos, no tuvo hijos sabía la importancia de ellos para la sociedad y siempre los quiso a su lado. Veamos un pasaje que se refiere a los niños (Mateo 18, 10): “Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños; porque les digo que sus ángeles en el cielo contemplan sin cesar el rostros de mi Padre del cielo”.

Hay otro pasaje que quizá sea aún más revelador en Marcos 10, 13-16: Trajeron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos los reprendían. Jesús, al verlo, se indignó y les dijo:
-Dejen que los niños vengan a mí; no lo impidan, porque de los que son como ellos es el reino de Dios. Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Entonces Jesús los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos”.

Y peor que un mal padre o madre que reprende irracionalmente a su hijo(a) tenemos a aquellos que los agreden sexualmente, así como los casos de los sacerdotes acusado de pedofilia. Es decir, abusar de la inocencia de un niño quizá sea el pecado más horroroso que puede haber, porque le violentamos lo más preciado que ellos tienen: su inocencia.

Sin embargo, no todas son malas noticias, ciertamente sí hay padres que le dan a sus hijos el tiempo y dedicación que ellos necesitan, así como su tiempo de distracción, que como niños ellos necesitan más que otra cosa.

También hay sacerdotes que sí aman a los niños, a falta de propios, “adoptan” de cierta manera a esos muchachos que se acercan a la misa o a la parroquia.

No son muchos los pasajes en donde Jesús se encuentra con niños, hay casos especiales como el niño de una viuda de Naín (Lucas 7, 11-16) y de la hija de Jairo (Lucas 8, 51-55). En ambos casos, se da a entender que Jesús los resucita.

Para finalizar, quisiera recomendar a los padres y madres, que han caído de una u otra manera en esta página, el libro “Emilio, de la Educación” de Jean-Jacques Rousseau, es una obra impecable acerca de cómo educar a un niño desde edad temprana.

Feliz domingo.

2 comentarios:

  1. Es curioso que una de las matanzas más grande de infantes (que se tenga en algún tipo de histórico), coincidió con el nacimiento de Jesús. Más curioso aún, que el propio "padre" sólo le dijo a los padres de aquel acerca de lo que venía y no le importó el resto de los pequeños.
    Pero bueno, quien soy yo para tratar de entender ese "misterio" (como bien diría mi papá).

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  2. Ciertamente Chapulin, aunque no tenemos evidencia de que los padres del resto de los niños no hayan sido advertidos.
    Y ahondando un poco más en esto, hay un pasaje del antiguo testamento, en donde "Yavé" acaba con los hijos de los egipcios como "castigo" por tener como esclavo a los judíos y no dejarlos ir de Egipto. No sé Chapulin, la verdad que ese Yavé castigados y el Padre que solo defiende a Jesús. Personalmente, no creo en ese Dios castigador, ni ese Dios pasivo, pero lo escrito, escrito está, y como dice tu papá: "quién soy yo para entender ese misterio?".
    Muy buen comentario.

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