domingo, 6 de febrero de 2011

Los Maestro de Jesús - segunda parte


El Maestro Amable

Después de algún tiempo, nuevamente otro profesor, que era amigo sincero de José, le dijo: “Trae al muchacho a la escuela, quizá puede yo con cariño enseñarle las letras”. Le respondió José: “Si te atreves, hermano, llévalo contigo”. Lo tomó, pues, con temor y gran angustia, pero el niño iba de buena gana.
Entró decidido en la escuela y encontró un libro colocado sobre el pupitre. Lo tomó, pero no leyó las letras que había en él, sino que, abriendo la boca, se puso hablar movido por el Espíritu Santo, y enseñaba la Ley a los presentes que lo escuchaban. Una gran muchedumbre se había congregado lo rodeaba escuchándolo y se admiraba de la hermosura de su enseñanza y la disposición de sus razones, porque siendo un niño hablaba de aquella manera.
Cuando José lo escuchó, se llenó de temor, y fue corriendo a la escuela, temiendo que también aquel profesor quedara lisiado. Pero dijo el profeso a José: “Sepas, hermano, que yo recibí a este niño como a un discípulo, pero él está lleno de abundante gracia y sabiduría. En consecuencia, hermano, creo que mejor es que te lo lleves a tu casa.”
Cuando el niño oyó estás palabras, le sonrió y le dijo: “Porque has hablado rectamente y has dado un testimonio correcto, aquel que ha sigo castigado quedará también sano gracias a ti”. Enseguida quedó curado el otro profesor. José tomó al niño y se marchó a su casa.

Evangelio del Pseudo Tomás, 15.

* * *
Repasemos un poco los tres últimos textos publicados:
Primero nos conseguimos con un Jesús que ayuda a José alargando un pedazo de madera más pequeño con otro que era más alargado; José se alegró muchísimo por tener el hijo como aquel. Sin embargo, luego nos conseguimos con el maestro iracundo quien queda lisiado por meterse con Jesús.
Hasta aquí Jesús me parece un niño caprichoso, hace según como se siente. Pero, pensemos un poco, un niño dotado como Jesús aprendiendo de sus sentimientos, aprendiendo a odiar, a amar, a respetar, etc. Un niño que aunque deja lisiado al otro maestro, cuando se consigue con este maestro amable, valora lo que este maestro le dice mostrando misericordia por el maestro anterior. Y sí, quizás Jesús en ese instante aprendió acerca de la misericordia, ¿no les parece?

Desde que recuerdo la iglesia cristiana, católica, etc. Nos muestra a un Jesús adulto que tiene todo bajo control. Sin embargo, parece algo natural de que Jesús haya aprendido a valorar las emociones sintiéndolas él mismo, experimentando por sí mismo también a identificarlas y controlarlas.

Feliz domingo.

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