martes, 28 de diciembre de 2010

El buen Samaritano


Se levantó entonces un experto en la ley y le dijo para tenderle una trampa:
- Maestro, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?
Jesús le contestó:
- ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?
El maestro de la ley contestó:
- Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Jesús le dijo:
- Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás.
Pero él queriendo justificarse, preguntó a Jesús:
- ¿Y quién es mi prójimo?
Jesús le respondió:
- Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos asaltantes que, después de despojarlo y golpearlo sin piedad, se alejaron dejándolo medio muerto. Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y, al verlo, se desvió y pasó de largo. Igualmente un levita que pasaba por aquel lugar, al verlo, se desvió y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él y verlo, sintió lástima. Se acercó y le vendó las heridas después de habérselas limpiado con aceite y vino; luego lo monto en su cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacó unas monedas y se las dio al encargado, diciendo: Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a mi regreso.
Quién de los tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los asaltantes?
El otro contestó:
- El que tuvo compasión de él.
Jesús dijo:
- Vete y haz tu lo mismo.

* * *

Esta parábola habla por si misma, sin embargo, deseo agregar un detalle de por qué Jesús escoge a un samaritano como bueno de la historia.
Para los Judíos los samaritanos eran un pueblo impuro, por lo tanto los odiaban, no son considerados como prójimo y les causan muchos problemas.
Jesús paradójicamente los utiliza como modelo... qué les parece?

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El Buen Pastor

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas, no como el jornalero que ni es verdadero pastor ni propietario de las ovejas. El jornalero cuando ve venir al lobo, las abandona y huye. El jornalero se porta así, porque trabaja únicamente por el sueldo y no tiene interés por las ovejas. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí; lo mismo que mi Padre me conoce a mí, yo lo conozco a Él y doy mi vida por las ovejas.
Pero tengo otras ovejas que no están en este rebaño; también a estas tengo que atraerlas, para que escuchen mi voz. Entonce se formará un rebaño único, bajo la guía de un solo pastor.

Juan 10, 11-18

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Tradicionalmente este texto se interpreta como que el buen pastor corresponde a los sacerdotes y nosotros a las ovejas. Ciertamente hay sacerdotes que entregan cuerpo y alma al servicio de los demás, pero hay un grupo que realmente no lo hace de esa manera. Es lamentable como muchas vocaciones se distorsionan en el camino y se alejan de la verdadera razón del sacerdocio: entregar la vida por los demás.

Yo asocio también este texto con la amistad, ser amigo a veces es ser como el buen pastor que entrega la vida por sus amigos. Y a entregar la vida no solo me refiero a una protección en un determinado momento de peligro, sino más bien a esos momentos en que un amigo necesita de nuestra cercanía y nosotros, aunque tengamos un millón de excusas válidas para no poder asistirlo, estemos a su lado incondicionalmente.

Para cerrar, es interesante como Jesús comenta en esta parábola la existencia de otras ovejas, es decir, otras personas no judías, esto para ellos es desconcertante, sin embargo, hoy lo entendemos mejor: Cristo vino a salvarnos a todos; pero, aún así parece que la iglesia católica o cristiana también este sesgada a su respectivo rebaño. ¿Todos no tenemos derecho de salvarnos? Da que pensar.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

No juzguen

No juzguen, para que Dios no los juzgue; porque Dios los juzgará del mismo modo que ustedes hayan juzgados y los medirá con la medida con que hayan medido a los demás. ¿Cómo es que ves la basura en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo? O ¿cómo dices a tu hermano: “Deja que te saque la basura del ojo”, si tienes una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la basura del ojo de tu hermano.

Mateo 7, 1-5

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Tenemos una facilidad innata de juzgar a los demás, no sé exactamente por qué pero por lo general es así. Sin embargo, cuando se trata de ponernos a nosotros mismos en la balanza lo pensamos un millón de veces antes de hacerlo y si lo hacemos nos justificamos inmediatamente.
Cada una de nuestras acciones tiene sus consecuencias, tanto para nosotros mismo como para quienes nos rodean; al juzgar a alguien, tendríamos que preguntarnos si nosotros mismo no sufrimos de ese mismo mal o de uno peor.
Cuando el problema es de otro, vemos con facilidad “la basura” en su ojo, pero cuando el problema es nuestro a veces ni nos damos cuenta de la “viga”, o como sabemos que sacarse la “viga” puede muy doloroso nos hacemos los desentendidos. Es por esto que Jesús nos invita a la acción más sabia en estos casos: no juzgar.

martes, 7 de diciembre de 2010

Evangelios apócrifos

El término "apócrifo" significa etimológicamente "ocultos", "escondidos". De alguna forma, la denominación primitiva alude a una reserva intencionada, pues para ciertos eclesiásticos como para algunos herejes, se trataría de obras solamente conocidas y utilizadas para un grupo privilegia de iniciados. La etiqueta les era especialmente útil ya que estos escritos eran fuertemente criticados y repudiados por los ortodoxos, que los señalaban como peligrosos y desviados de la doctrina verdadera.

El significado actual de "apócrifo" ha variado de esta aceptación primigenia y significa "falso", "rechazado" por la ortodoxia, por lo que está dedicado especialmente a las obras que imitan a los géneros literarios bíblicos pero que no han sido admitidos por La Iglesia en el canon de los libros inspirados.

Los escritos apócrifos han tenido un influjo efectivo en la tradición cristiana y en el desarrollo de sus doctrinas. Dogmas importantes están basados en tradiciones, cuyo testimonio escrito se encuentra básicamente en estos textos. Así, la asunción de la Virgen es el núcleo de los apócrifos asuncionistas. La virginidad perpetua de María está expresada plásticamente en los Evangelios de la Natividad. La misma divinidad de Jesús aparece en los apócrifos de una forma más rotunda que en los canónicos.

No todos los evangelios apócrifos se han conservado en su integridad, pues desde los siglos III y IV la Gran Iglesia hizo lo posible por anular su influencia, bien descalificándolos, aniquilándolos o sometiéndolos a una profunda revisión.

Algunos evangelios apócrifos: Evangelios de la Natividad, los de la Infancia, los de la Pasión y Resurrección, los Asuncionistas y la Correspondencia (Cartas) de Jesús.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Evangelios canónicos

Llamamos "canónicos" a los escritos evangélicos admitidos en el "canon", o lista, de los libros aceptados como sagrados por la Iglesia cristiana en general. La historia de la formación de esta lista es un tanto oscura y complicada y se extiende desde el 110 aproximadamente (época de composición de un escrito primitivo judeocristiano, la Didaché, o "Doctrina de los Doce Apóstoles", que parece citar al Evangelio de Mateo hasta el siglo X, en el que el Apocalipsis de Juan fue definitivamente aceptado como canónico en las iglesias del oriente cristiano. Estos evangelios canónicos son los más antiguos.

Tomado del libro: Todos los Evangelios de Antonio Piñero. EDAF, 2009.

Los cristianos, no importa de qué tradición cristiana provengamos, compartimos un Nuevo Testamento con los mismos 27 libros y en el mismo orden. Estos libros integran el Nuevo Testamento surgieron en respuesta a las necesidades de las iglesias de los primeros siglos. Los cristianos de los primeros siglos coleccionaban muchos libros. En el proceso de canonización se articularon unos principios que encaminaron la formación del Nuevo Testamento que usamos en nuestras iglesias. Estos principios sirvieron para excluir otros libros, muchas veces muy edificantes, pero que no fueron parte de la colección de textos sagrados para la vida de la iglesia.
La palabra "canon" significa literalmente una vara de medir. Por ello se ha usado como metáfora para conferir el sentido de regla, modelo, patrón. De ahí la idea de medida o regla para la fe y la vida. Cuando la usamos para el Nuevo Testamento nos referimos a la lista de libros adoptados por la iglesia a través de los siglos que sirve de regla de fe y la conducta cristianas. Tomas de Aquino declara que "solo la escritura canónica es la regla de fe".

Tomado del libro: Cómo se formó la Biblia del Dr. Ediberto López. Augsburg Fortress, 2006.