lunes, 9 de octubre de 2017

Árbol bueno, árbol malo

Mateo 7,18-21: 18  Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos. 19  Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego.
20 Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras. 21  No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo.

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Hay un dicho popular que dice: “a quién a buen árbol se arrima buena sombra le cobija”. Ese dicho debe venir del análisis de Jesús sobre aquellos que hacen el bien (árbol bueno) y aquellos que hacen el mal (árbol malo). Me imagino que muchos interpretarán de que sean cortados y echado al fuego con ir al infierno, puede ser o puede ser que no. Quizás fue una pequeña amenaza para que la gente entendiera otra forma del Karma de los Budistas, si haces el "bien" estarás bien, si haces el mal prepárate para recibir "mal".

Y al final Jesús nos dice quienes entran al reino: “entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo”. No sé exactamente quienes son los que predican que se salvarán aquellos que simplemente crean en Jesús, suena bonito, pero esta frase de Jesús es más clara. A la final que es lo que siempre Jesús desea que hagamos: la voluntad del Padre, nada menos ni nada más.

Ahora bien, quizás la mayor dificultad es “darnos cuenta” qué es lo que desea el Padre que hagamos…


Feliz inicio de semana.

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