domingo, 3 de julio de 2016

De tal manera amó Dios al mundo

Juan 3, 16-21:
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Comentario: quien cree en Jesús tendrá vida eterna.

17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Comentario: ¿Par qué mandó Dios a su hijo? Para que el mundo se salve gracias a Él.

18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Comentario: Si crees en Jesús no eres condenado, si no crees ya has sido condenado. Pero, en este pasaje quién habla? Juan es quien dice eso.

19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Comentario: Fíjense que Juan explica que debido a que las obras malas nos conducen a las tinieblas y quien ama las tinieblas en vez de la luz es quién a la final está condenado. Hay algunos cristianos que piensan que sólo por creer en Jesús están salvados, pero aquí nos recuerdan la importancia de las obras.

20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
Comentario: esta idea complementa lo anterior, el que practica la verdad va a la luz

Creer y obrar en consecuencia.

Feliz domingo!

También hoy en el colibrí:
http://ola-elcolibri.blogspot.com/2016/07/la-virtud-como-valor-supremo.html

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