domingo, 9 de agosto de 2015

La verdadera riqueza

Del Evangelio según Mateo 6, 19-34

"No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.
"Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra será la oscuridad misma!
"Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
"Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa?

Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves!  En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?

"¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe!
Así que no se preocupen, preguntándose: '¿Qué vamos a comer?' o '¿Qué vamos a beber?' o '¿Con qué vamos a vestirnos?' Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan.

Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.

* * *

No hace mucho una señora “cristiana” me decía: “tengo que dar clases ahora en verano” y yo le pregunté: “y eso por qué” y me hizo un gesto clásico con la mano y me dijo “billete”. Yo solo pude contestar: “pero, relájate toma tus vacaciones y disfruta tus chamos”, sin embargo, dudo que me vaya a hacer caso, ni siquiera debió escucharme. ¿A qué viene este comentario? Justo a la sabiduría que nos regaló Jesús luego de enseñarnos el Padre Nuestro. Y es ni más ni menos que aprender a vivir en manos de Dios, es decir, en no preocuparnos en las cosas menudas de la vida (“Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan.”), sino en aquellas que en realidad nos dan vida eterna, ¿y cuáles son estas cosas? Sencillo, las obras que hacemos en nombre de Dios a nuestros semejantes o a nuestro prójimo. El común de los cristianos tienen la errónea creencia de que con solo creer en Jesús están salvos, ¡jajaja!, pues no, y justo en este pasaje extraído lo dice el mismo Jesús: “pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.”


Feliz domingo

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