domingo, 6 de mayo de 2012

La mujer samaritana


Muchos habrán leído este pasaje de la Biblia, donde Jesús le pide agua a una samaritana que estaba cerca de un pozo. El pasaje lo voy a tomar de Juan 4, 7-10:
“Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. La mujer samaritana le dijo: ¿cómo tú siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el Don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.”

Quizá para nosotros, en nuestro mundo occidental no vemos hablar con una mujer en público como algo tabú o malo, para nosotros es algo de lo más normal. Sin embargo, recordemos que en tiempos de Jesús la mujer es despreciada, dejada a un lado para cualquier actividad, sobre todo para aquellas que tienen que ver con conocimientos espirituales. Incluso el Talmud lo advierte: Que se quemen las palabras de la ley en vez de que se encomienden a una mujer.

Así eran los judíos con las mujeres, e igualmente su odio contra los samaritanos es algo bien sabido. Estas son las acciones de Jesús en donde se nota la separación de su pensamiento en relación a la realidad de los judíos. E igualmente, el innumerable de veces en donde hace caso omiso al Sabbat. Son estas acciones las que nos permite ver a un Jesús alejado de doctrinas que se rigen textualmente por lo que dice la ley, sino que la interpreta y saca algo buena de eso.

¡Feliz domingo!

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