domingo, 30 de enero de 2011

Los Maestro de Jesús - primera parte


El Maestro Iracundo

Al ver José la inteligencia del niño y cómo maduraba con la edad, tomó de nuevo la decisión de que no quedara en la ignorancia de las letras. Lo llevó, pues, y lo puso a disposición de otro maestro. Dijo el maestro a José: “En primer lugar, lo educaré en las letras griegas; luego, en las hebreas”. Porque el maestro sabía de los conocimientos del muchacho, y tuvo miedo. Sin embargo, después de escribir el alfabeto, trató de que Jesús practicara durante mucho tiempo, pero no obtuvo respuesta alguna.
Pero Jesús le dijo: “Si realmente eres un maestro, y si conoces bien las letras, dime el valor del alfa y yo te diré el valor de beta”. Enfadado, el maestro lo golpeó en la cabeza. Al sentir el niño el dolor, lo maldijo. Y al punto se desvaneció el maestro y cayó en tierra de bruces.
Regresó el niño a casa de José. Se llenó José de tristeza y recomendó a su madre que no le permitiera salir fuera de la casa, porque morían todos los que le disgustaban.

Evangelio del Pseudo Tomás, 14.

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Comentario final en la próxima entrega.

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