Un sábado estaba Jesús enseñando en una sinagoga, y había allí una mujer, que desde hacía dieciocho años estaba poseída por un espíritu que le producía una enfermedad; estaba encorvada y no podría enderezarse del todo.
Jesús al verla, la llamó y le dijo:
- Mujer, quedas libre de tu enfermedad.
Le impuso las manos, e inmediatamente se enderezó y se puso a alabar a Dios. El jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús sanaba en sábado, empezó a decir a la gente:
- Hay seis días en que se puede trabajar. Vengan a que él los sane en esos días y no en sábado.
El Señor le respondió:
- ¡Hipócritas! ¿No suelta cada uno de ustedes su buey y su burro del establo en sábado para llevarlo a beber? Y a ésta, que es una hija de Abraham, a la que Satanás tenía atada hace dieciocho años, ¿no convenía soltarla de su atadura en sábado?
Al hablar así, quedaban avergonzados todos sus adversarios, pero la gente se alegraba por los milagros que hacía.
Lucas 13, 10-17
* * *
Aquí debemos considerar un par de detalles: que era sábado y que estaba sanando a una mujer.
Recordemos que los judíos guardan un día de descanso a la semana, lo llaman el Sabbath, es tan importante que cuentan las semanas de Sabbath en Sabbath, adicionalmente ese día ellos observan ciertos ritos particulares, pero no se realiza ninguna clase de trabajo. Por supuesto, el texto da a entender que Jesús sanando estaba contraviniendo el Sabbath. Y no sólo contravino el precepto del Sabbath, sino que a quién sana es a una mujer, recuerden el texto anterior publicado, de como es vista la mujer por la sociedad patriarcal de los judíos.
En fin, semejante barbaridad hace Jesús entonces a los ojos de los que estaban en la sinagoga. Pero, vaya justificativo da. Y así como este caso hay otros similares que iremos publicando, donde Jesús demuestra con hechos concretos que más importante es el prójimo que un "día especial".
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