La relación que nos muestra Jesús con el Padre es
maravillosa, en cierto momento nos explica cómo podemos pedirle algo (Mateo 7,
7-11), “Porque el que pide, recibe”; incluso compara ser un “padre humano” y
uno del tipo “Padre-Dios”. La mayoría debe conocer este pasaje.
Para muchos cristianos quizás esto lo veamos como algo
natural, pero para la época, recordemos que no existían los cristiano, Jesús
pertenecía a los judíos, y para ellos, decirle Padre a Dios (bendito sea su
nombre, decían en esa época) era una blasfemia, incluso nombrarlo siquiera era
algo extraordinario que no todos podían hacer; es decir, no era algo para todo
el mundo. Entonces, Jesús llega y nos dice, hablen directo al Padre (Mateo 6,
6-13) con el “Padre Nuestro”, tal y como lo conocemos hoy por hoy. Incluso es
bien específico al decir “7 Cuando
pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos
creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga.” Y aún hoy en día existe
en nuestras iglesias, las letanías y los rosarios y demás rezos como fórmulas
para que Dios (Padre) nos oiga.
En fin, no nos desviemos del tema principal. Es decir,
nuestro Padre.
Jesús vino a mostrar la relación que podemos llegar a
tener todos con Dios Padre, no tenemos que hablarle como un ser supremo que
solo nos ve para criticarnos, y, según algunos otros, condenarnos incluso.
Él ve lo bueno que hacemos y nos premiará (Mateo 6, 4), ¿cómo?,
nadie sabe sólo Él, pero de que lo hará, lo hará.
Sé que alguno que lea esto me citará otros pasajes con
un Dios que es vengativo, que va destruir a nuestros enemigos, y todas esas
cosas. Sin embargo, insisto siempre en eso, si nos consideramos seguidores de
la palabra que nos transmitió Jesús, pues él nos trajo la buena nueva de que
nuestro Padre en el Cielo está para nosotros hoy y siempre.
Así que sigamos nuestras buenas acciones, amemos a
nuestro enemigos (Mateo 5, 44-45) y hagamos que nuestras acciones sean cada vez más
perfectas y podamos parecernos más cada día a nuestro Padre Celestial (Mateo 5, 48).
Feliz inicio de semana.
Para su comodidad aquí les dejo la transcripción de los pasajes citados:
Mateo 7, 7-11: Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. 8 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. 9 ¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? 10 ¿O le daría una culebra cuando le pide un pescado? 11 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan!
Mateo 6, 6-13: Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. 7 Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. 8 No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan. 9 Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre, 10 venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. 11 Danos hoy el pan que nos corresponde;" 12 y perdona nuestras deudas, también nosotros perdonamos a nuestros deudores;" 13 y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.
Mateo 6, 4: tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.
Mateo 5, 44-45: Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, 45 para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.
Mateo 5, 48: Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.