domingo, 27 de febrero de 2011

Hágase Tu Voluntad

Muchos amigos se acercan a mí y me cuentan sobre un familiar que está enfermo y me piden que lo ponga en mis oraciones. Por supuesto, yo lo hago y lo hago con fe, pido por la salud de la persona. Sin embargo, a veces me cuenta como su padre o su madre o cualquier persona de su familia sufrió una enfermedad terminal y murió al poco tiempo. Por supuesto, por esa persona también rezaron mucho. ¿Y entonces? ¿Dios escucha unas oraciones y otra no? ¿Y por qué unas sí y otros no?
Esto me recuerda un pasaje del nuevo testamento, previo al arresto de Jesús. Él sabe exactamente por lo que va a pasar, así que va al monte Getsemaní y ora así (Lucas 22, 42-44):
- Padre, si quieres aleja de mí este cáliz de amargura; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.
Entonces se le apareció un ángel del cielo, que lo estuvo confortando. Lleno de angustia, oraba más intensamente, y comenzó a sudar como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.

Jesús hace una comparación de lo que va a padecer con un cáliz, y le pide al Padre que si quiere lo aleje de él. Es totalmente comprensible, como hombre, sabía la cantidad de dolor que iba a sufrir y no quería pasar por eso; más luego dice: “pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Y la respuesta para Jesús del Padre fue “no”, “no te puedo alejar tu cáliz”.

Cuando pienso en esto me pregunto, y ¿qué hacer con nuestras oraciones?, ¿estamos dispuestos a recibir un “no” como respuesta? Por eso ahora, cuando rezo al Padre, siempre finalizo con la frase: “pero que se haga Tu Voluntad y no la mía”, como una señal de humildad, esa misma humildad tuvo Jesús en aquel momento crucial de su vida.
Seamos honestos con el Padre y pidamos lo que en realidad necesitamos para nuestra vida y siempre seamos humildes como Jesús y digamos: “pero no se haga mi voluntad sino la tuya”.

Feliz domingo.

domingo, 20 de febrero de 2011

María Magdalena – Líder del grupo de mujeres

Siempre se hace mucho hincapié en los apóstoles, su misión, etc. Sin embargo, junto a Jesús iba una multitud de personas adicional al grupo de los doce. Uno de esos grupos, quizás no mencionado ampliamente por razones obvias, era el grupo de las mujeres. La biblia las menciona en Lucas 8, 1: […] Jesús caminaba por los pueblos, anunciando el reino de Dios. Los Doce iban con él y también algunas mujeres […].
Dentro de este grupo destaca siempre de primera María Magdalena, quién según Lucas 8, 2: […] María, llamada Magdalena, de la que había expulsado siete demonios.

Hagamos un breve paréntesis, por un lado tenemos a un Pedro, que mencionamos la semana pasada, que niega a Jesús en el momento de la verdad, no se acerca al Gólgota ni de broma y además no había entendido exactamente las palabras de Jesús pues no es sino mucho después de su muerte y resurrección que él mismo dice “AHORA comprendo”.
Ahora, veamos un poco el comportamiento de María Magdalena:
1. Estuvo junto a María la madre de Jesús cuando Jesús estaba crucificado: Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena (Juan 19, 25; Marcos 15, 40-41 y Mateo 27, 55-56.
2. Va al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús. Y es justamente en esta escena donde Jesús resucitado habla con ella. Veamos el texto de Juan 20, 1: El domingo por la mañana, muy temprano, antes de salir el sol, María Magdalena vino al sepulcro […]
Y sigue más adelante 20,14-17: […] –Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién estás buscando? Ella creyendo que es el jardinero, le contestó: -Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo misma iré a recogerlo. Entonces Jesús le dijo: -¡María! Ella se acercó a él y exclamó en arameo: -¡Rabboni! (Maestro). Jesús le dijo: -No me retengas, porque todavía no he subido a mi Padre; anda, ve y di a mis hermanos que voy a mi Padre que es el Padre de ustedes, que es también su Dios.
3. Es la primera en dar la buena nueva de la resurrección de Jesús, y sin dudas, no como Tomás, quien necesito pruebas concretas (Juan 20, 25: […] Si no veo las señales en sus manos y no meto mi dedo en ellas, si no meto mi mano en la herida abierta en su costado, no lo creeré.
¿Qué les parece hasta ahora María Magdalena?

¡Ah! Y mientras Jesús moría ¿dónde estaba Pedro? Negándolo desesperado, ¿dónde estaba Judas? Ahorcándose, y los otros nueve (9), ni idea; solo Juan se mantiene al lado de María la madre de Jesús. Y es en la cruz que Jesús, en pocas palabras, le dice a Juan que por favor recibe a su madre como si fuera la suya.

A mi parecer, María Magdalena amo a Jesús en verdad, independientemente de los comentarios que pueda haber de si fueron pareja, si tuvieron descendencia, etc. María Magdalena amaba a Jesús con una profundidad y sinceridad única. Ella sí hubiese hecho cualquier cosa por su Maestro, incluso lo demuestra cuando le dice al “jardinero” […] dime dónde lo has puesto (refiriéndose al cuerpo de Jesús muerto) y yo misma iré a recogerlo (esto es prohibido por la ley hebrea: tocar un cadáver) […]. Fíjense en el detalle: “yo misma iré”, es decir, ¿para qué le va a decir nada a los grandes “apóstoles”?

¿Algún comentario adicional?
Feliz domingo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Pedro - ¿Pilar de la iglesia católica?


Siempre he sido escéptico en cuanto al papel de Pedro como pilar de la iglesia católica, debido a varias razones:
1. Le dice a Jesús que es el Hijo de Dios. ¿Iluminado por el “espíritu santo” o revelación del Padre? (Mateo 16, 15-19). Sin embargo, pocas líneas después Jesús le dice “¡Colócate detrás de mí Satanás! Porque no piensas como Dios sino como los hombres (Mateo 16, 23).
2. Defiende a Jesús en Getsemaní hiriendo a uno de los siervos del sumo sacerdote (Juan 18, 10 – 11).
3. Luego, no tiene otra mejor idea que NEGAR a Jesús, y no una, sino TRES veces (Juan 18, 16; 25 y 27).
¿Entonces? ¿Jesús estaba loco o qué? ¿Acaso Pedro era digno de estar a la “cabeza” de su “iglesia” (o digamos mejor: de su ministerio)?

Pues, créanlo o no, pues sí. Es decir, Pedro es la representación del típico cristiano moderno: vamos a la misa y adoramos al Señor, a cada afirmación del sacerdote asentimos con la cabeza; luego, salimos a la calle y hacemos todo lo opuesto; y si nos pregunta de religión, nos quedamos callados para no meternos en eso. JAJAJA! No es la actitud de un típico Pedro.

Pero, aunque estas anécdotas de Pedro nos causen algo de gracia hay un pasaje que realmente revela por qué Pedro actúa como lo hace, y el es siguiente (Hechos, 34-36):
Pedro tomó entonces la palabra y dijo:
- Verdaderamente ahora comprendo que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta a quien lo honra y obra rectamente sea de la nación que sea. Él envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la buena noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.

¿Qué les parece? Pedro dice “verdaderamente AHORA comprendo”, hay que ver qué clase de descaro. Luego de haber vivido junto a Jesús, escuchar sus palabras y todo, Pedro tiene tupé de decir “AHORA” comprendo. ¿Dónde estaba Pedro cuándo Jesús hablaba de su ministerio? O ¿en qué estaba pensando?
Pero, esperemos un poco y recapitulemos, ¿quién es Simón Pedro? Simplemente un pescador, es decir, un hombre que no estudió la palabra como otros pues se tenía que dedicar al negocio familiar.
Ahora, pensemos por un momento y preguntémonos: ¿por qué a Jesús se le ocurre que Pedro va a ser la Piedra sobre la que va a construir su iglesia? Si sabía que lo iba a negar, si lo llamó en un momento determinado Satanás, si huyó cuando lo iban a crucificar, etc. ¿Acaso Jesús estaba loco? ¿A qué se refería exactamente entonces? Pienso que Jesús nos señala algo profético, es decir, Pedro pilar de la iglesia es un hombre imperfecto, es el pilar de una iglesia igualmente imperfecta. Pero, ¿hasta qué punto esto podría considerarse válido?
La iglesia está conformada por los hombre y mujeres, tanto sacerdotes como laicos ¿alguno de nosotros es perfecto? Sabemos que no. Así que Jesús tuvo razón cuando nombra a Pedro como pilar de la iglesia y sobre esa piedra se construyó esta.
Para finalizar, entendamos un poco al pobre Pedro que luego de muchos años dijo “AHORA es que comprendo” y hagamos un esfuerzo por estar atento a la palabra y no repetir cual loros lo que dicen los sacerdotes o cualquier otra persona que diga que sabe de la palabra, lea e infórmese.

Feliz domingo.

domingo, 6 de febrero de 2011

Los Maestro de Jesús - segunda parte


El Maestro Amable

Después de algún tiempo, nuevamente otro profesor, que era amigo sincero de José, le dijo: “Trae al muchacho a la escuela, quizá puede yo con cariño enseñarle las letras”. Le respondió José: “Si te atreves, hermano, llévalo contigo”. Lo tomó, pues, con temor y gran angustia, pero el niño iba de buena gana.
Entró decidido en la escuela y encontró un libro colocado sobre el pupitre. Lo tomó, pero no leyó las letras que había en él, sino que, abriendo la boca, se puso hablar movido por el Espíritu Santo, y enseñaba la Ley a los presentes que lo escuchaban. Una gran muchedumbre se había congregado lo rodeaba escuchándolo y se admiraba de la hermosura de su enseñanza y la disposición de sus razones, porque siendo un niño hablaba de aquella manera.
Cuando José lo escuchó, se llenó de temor, y fue corriendo a la escuela, temiendo que también aquel profesor quedara lisiado. Pero dijo el profeso a José: “Sepas, hermano, que yo recibí a este niño como a un discípulo, pero él está lleno de abundante gracia y sabiduría. En consecuencia, hermano, creo que mejor es que te lo lleves a tu casa.”
Cuando el niño oyó estás palabras, le sonrió y le dijo: “Porque has hablado rectamente y has dado un testimonio correcto, aquel que ha sigo castigado quedará también sano gracias a ti”. Enseguida quedó curado el otro profesor. José tomó al niño y se marchó a su casa.

Evangelio del Pseudo Tomás, 15.

* * *
Repasemos un poco los tres últimos textos publicados:
Primero nos conseguimos con un Jesús que ayuda a José alargando un pedazo de madera más pequeño con otro que era más alargado; José se alegró muchísimo por tener el hijo como aquel. Sin embargo, luego nos conseguimos con el maestro iracundo quien queda lisiado por meterse con Jesús.
Hasta aquí Jesús me parece un niño caprichoso, hace según como se siente. Pero, pensemos un poco, un niño dotado como Jesús aprendiendo de sus sentimientos, aprendiendo a odiar, a amar, a respetar, etc. Un niño que aunque deja lisiado al otro maestro, cuando se consigue con este maestro amable, valora lo que este maestro le dice mostrando misericordia por el maestro anterior. Y sí, quizás Jesús en ese instante aprendió acerca de la misericordia, ¿no les parece?

Desde que recuerdo la iglesia cristiana, católica, etc. Nos muestra a un Jesús adulto que tiene todo bajo control. Sin embargo, parece algo natural de que Jesús haya aprendido a valorar las emociones sintiéndolas él mismo, experimentando por sí mismo también a identificarlas y controlarlas.

Feliz domingo.