domingo, 29 de abril de 2012

Buenos y malos frutos


Siempre he pensado que las personas son buenas, y que las circunstancias de su vida le han hecho cambiar de tal modo de que se transformaron en personas que hacen el mal, más nunca he dicho que sean malas. Sin embargo, groso error el mío al ver el siguiente texto de Lucas (6, 43-45): No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que de fruto bueno. Cada árbol se conoce por sus frutos. Porque de los espinos no se recogen higos, ni de las zarzas se cosechan uvas. El hombre bueno saca el bien del buen torso de su corazón; y el hombre malo, de su mal corazón saca lo malo. Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

¿Quién soy yo para contradecir a Jesús? Bueno, para mí es un impacto fuerte en mi forma de pensar, pero tendré que adaptarme en que hay hombres buenos y hombres malos.
Ahora bien, acepto esto, sin embargo, si somos creación de Dios, ¿por qué hay hombres malos? Acaso son “errores” de Dios, o es que ya eso no depende de él. Al parecer, hubo algo de “error”, ya que en Génesis 6,7 Dios expresa su aflicción y dice: “-Borraré de la superficie de la tierra a los hombres que he creado: a los hombres, a los animales, reptiles y aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos creado”. Toda la humanidad en ese momento estuvo en menudo problema con su creador, si embargo, luego Noé logro el favor de Dios y lo dejó crear el arca y salvar a los suyos y a los animales. Para que al finalizar el diluvio universal se hiciera una nueva alianza, una alianza en donde Dios dice a Noé y sus descendientes (Génesis 9,7): “Ustedes crezcan, multiplíquense, llenen la tierra, y domínenla”.

Ahora bien, eso fue en época pasada; ¿y hoy en día Dios intercede en nuestros caminos? A mi juicio sí, pero no como en la época de Noé (como lo vimos anteriormente) o como a Moisés que lo llevo de la mano por todo el desierto, luego de la huida de Egipto. Para los que no han leído mucho el antiguo testamento (herencia de los judíos) Dios viaja como una nube junto a los judíos, incluso les dio de comer el maná del cielo y finalmente se le mostró a Moisés como una zarza ardiente. También le dio los mandamientos, en nuevo intento por reforzar la alianza con su creación.
Como que es un poco testarudo Dios, pero que bueno, porque de lo contrario no estaríamos aquí.

Buenos y malos, somos creación de Dios, y como dice Jesús: los buenos darán buenos frutos y los malos darán malos frutos; y es así como se ira obteniendo con el tiempo un equilibrio, un equilibrio lo suficientemente adecuado para que Dios mantenga su palabra de no ahogarnos nuevamente con el diluvio, ni achicharrarnos con el fuego del cielo (como a Sodoma y Gomorra).

Un último mensaje: a los buenos den muchos frutos, tantos y más que los que hacen el mal.

¡Feliz domingo!